Los niveles de agua de muchos ríos en la cuenca del Amazonas han alcanzado mínimos históricos a causa de una sequía prolongada, informó el Servicio Geológico de Brasil (SGB). Según la entidad, el río Madeira, un importante afluente del Amazonas, descendió hasta solo 48 centímetros en la ciudad de Porto Velho, muy por debajo de su promedio habitual de 3,32 metros para esta época del año.
El río Solimões, que también ha registrado niveles mínimos en la ciudad de Tabatinga, en la frontera entre Brasil y Colombia, es otro claro reflejo de la gravedad de la situación. Estas condiciones extremas se han presentado temprano en la temporada seca del Amazonas, que comúnmente se extiende desde junio hasta noviembre, lo que indica que la situación puede no mejorar significativamente en los próximos meses.
El monitoreo por parte del Centro Nacional de Monitoreo y Alertas de Desastres Naturales (Cemaden) ha calificado esta sequía como la “más intensa y extendida” registrada hasta la fecha. La deforestación y el cambio climático se encuentran entre los factores que agravan esta crisis, según reportó la BBC.
La pérdida de un 20% del bosque amazónico en los últimos 50 años ha aumentado la vulnerabilidad de la región, que ya recibe menos lluvias de lo habitual debido a los cambios en los patrones climáticos. Además, las altas temperaturas incrementan la evaporación de agua de plantas y suelos, contribuyendo a la sequedad del ambiente.
El Niño, un fenómeno climático que provoca condiciones más cálidas y secas de lo normal en el Amazonas, aumentó la intensidad de la sequía en 2023, siendo uno de los peores episodios en al menos 45 años según World Weather Attribution.
La sequía actual no solo está afectando a la biodiversidad y la lucha contra el cambio climático en el Amazonas, sino también a las comunidades locales. Más de 100 municipios no han visto lluvias en más de 150 días, dificultando la navegación en los ríos, cruciales para el transporte y la obtención de suministros esenciales. Los residentes de Manacapuru, a orillas del Solimões, han reportado problemas para acceder a alimentos y agua potable, según reportó la BBC.
El testimonio de los afectados ilustra la gravedad de la situación. Josué Oliveira, un pescador de Manacapuru, le relató a la agencia de noticias Reuters las complicaciones al quedar atrapada su embarcación en tierra seca de un día para otro, lo que muestra el impacto directo sobre la vida diaria de los habitantes locales.
“Anclamos el barco aquí y al día siguiente estaba varado en tierra firme. No teníamos forma de moverlo”, dijo. “No pasará nada”, explicó otro pescador.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha prometido detener la deforestación para 2030, un objetivo que enfrenta retos significativos debido a las enormes dificultades que experimenta la región. La sequía, que está facilitando la propagación de incendios, subraya los enormes desafíos que implica la conservación del Amazonas.