Error de la DGT con las etiquetas medioambientales: estos conductores se enfrentan a tasas de hasta 160 euros

Las cuatro categorías distintivas que ofrece la DGT son la ECO o 0 Emisiones, la B o amarilla y la C o verde. Son estas dos últimas las que se han visto envueltos en cierta controversia

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Etiqueta ECO de la Dirección General de Tráfico (DGT)
Etiqueta ECO de la Dirección General de Tráfico (DGT)

Las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), basan su funcionamiento en el distintivo medioambiental que categoriza a los vehículos según su eficiencia energética y su repercusión ambiental mediante etiquetas o pegatinas. Esta organización automovilística, introducida por la Dirección General de Tráfico (DGT) en 2016, busca favorecer de manera positiva a los vehículos que son más respetuosos con el medioambiente. No obstante, esta medida, que clasifica los automóviles en cuatro categorías distintivas (B, C, Eco y 0 emisiones) según su tipo de motorización o año de matriculación, ha generado controversia desde su implementación y, casi diez años después, sigue siendo motivo de debate entre los conductores.

En sus inicios, estas etiquetas fueron enviadas de manera gratuita a los conductores. Ahí surgió el primer conflicto, ya que tan solo fueron unos pocos los afortunados que no tuvieron que pagar por el distintivo. El resto de conductores, tuvo que abonar una tasa de 5 euros para conseguir la etiqueta para cada uno de sus vehículos, tanto coches como motocicletas.

El segundo conflicto tuvo que ver con el criterio de asignación de dichas etiquetas, pues puede considerarse poco riguroso. Este se basó en la fecha de matriculación de los automóviles y no en sus emisiones reales de CO₂, de manera que miles de vehículos recibieron una etiqueta B, de color amarilla, en lugar de una C, de color verde, y otros directamente se quedaron sin etiqueta.

Los cuatro tipos de pegatinas ambientales de la DGT.
Los cuatro tipos de pegatinas ambientales de la DGT.

Para obtener la clasificación de tipo B, el coche debía estar matriculado entre enero de 2001 y diciembre de 2005 para los gasolina, y entre enero de 2006 y agosto de 2015 para los diésel. Por otro lado, la clasificación C se otorgaba a los gasolina matriculados a partir de enero de 2006 y los diésel desde septiembre de 2015. Ahora, la DGT ha reconocido este error en la pauta de distribución, por lo que ha empezado a sustituir y cambiar las etiquetas de algunos vehículos que estaban mal clasificados desde 2016.

Además de las fechas de matriculación, también se tenía en cuenta la normativa anticontaminación que cumplía cada modelo. Los vehículos de gasolina deben tener Euro 3 para la etiqueta B, mientras que los diésel requieren Euro 4 y Euro 5. En el caso de la pegatina C, los gasolina deben cumplir con Euro 4, 5 o 6, mientras que los diésel deben tener Euro 6. Ante esta situación, muchos conductores se dieron cuenta de que, aunque sus coches cumplían con las normativas de la Unión Europea mencionadas, no se les había otorgado la etiqueta correspondiente o, peor aún, se les había dejado sin ella por error.

Cómo conseguir el cambio de etiqueta

Para conseguir una nueva clasificación medioambiental para nuestro vehículo, lo primero que hay que hacer es conseguir la ficha técnica del mismo. Ahí aparece el tipo de homologación que fue otorgada al vehículo para comprobar si esta es o no errónea.

Una DGT a medio gas porque el 55% de las plazas de sus funcionarios de oficina están vacantes: los trámites de Ibiza los tienen que hacer en Burgos.

Una vez comprobado el error, hay que acudir al concesionario de la marca más cercano para solicitar un certificado de emisiones al fabricante correspondiente. Este trámite no tiene un coste fijo, pudiendo oscilar entre los 100 y 150 euros. El siguiente paso es presentar el certificado a una de las Jefaturas de la DGT, donde se tendrá que abonar otros 8,50 euros en tasas por el reetiquetado del vehículo, que se otorgará una vez revisada la veracidad de la información. Así, pese a que la DGT reconozca su error, los gastos vinculados a este trámite corren a cargo de los propios conductores.

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