(Desde Montevideo, Uruguay) - Una avioneta que sobrevolaba la playa de Marindia (en Canelones, a 40 kilómetros de Montevideo) cayó sobre un monte de la zona tras una maniobra. Los dos tripulantes que viajaban en la aeronave se salvaron gracias al paracaídas y resultaron ilesos tras el accidente, informaron medios locales.
La aeronave pertenecía a una escuela de aviación y estaba sobrevolando la zona en un vuelo de práctica. Fue un error humano el que ocasionó el accidente que provocó que el vehículo termine dentro de arbustos en la zona, consignó el noticiero Telemundo de Canal 12. Cuando el instructor del vuelo vio que la caída era inminente, recurrió al paracaídas, que permitió caer en una zona de bosques.
La aeronave quedó en el aire, enganchada en la copa de los árboles.
El accidente ocurrió pasado el mediodía del lunes, cuando comenzaron a llegar los llamados a la Policía que alertaban de la caída de la avioneta y del despliegue de un paracaídas.
“En un vuelo de instrucción, los pilotos perdieron el control por un momento de la aeronave. Como perdían altura con rapidez, se optó por usar el paracaídas balístico, que está diseñado para poder salvar a los ocupantes en los casos en que el avión queda fuera de control. Y eso fue lo que hizo”, explicó Pedro Otheguy, el dueño de la Aeronáutica Baron, tras el accidentes.
Los dos ocupantes, que resultaron ilesos, se bajaron del avión caminando “por sus propios medios”.
Andrés Márquez, el instructor del vuelo, relató que nunca había vivido una situación de este tipo. “Fue en un segundo, reaccioné lo más rápido posible para tirar el paracaídas”, expresó. Detalló que fue el viento el que los llevó hasta ahí.
Márquez es piloto hace 12 años e instructor hace tres. Los ocupantes de la aeronave iban con cinturón. El avión que manejaban es “muy seguro”, destacó. “Por suerte los dos estamos sanos y salvos”, celebró.
Álvaro Henderson es piloto hace 18 años, pero hacía mucho tiempo que no volaba. En diciembre del año pasado retomó los entrenamientos. Era quien conducía la aeronave y aseguró al noticiero Subrayado de Canal 10 que la maniobra que realizaba era habitual.
“Fue una maniobra usual que se llama pérdida. El avión hizo lo que se llama tirabuzón. El instructor, que la verdad que es un genio, actuó a tiempo y el paracaídas nos salvó la vida, ni más ni menos”, destacó el piloto.
Los dos tripulantes estaban sobrevolando la playa cuando el avión comenzó a hacer ese movimiento de “tirabuzón”. Al accionar el paracaídas, el viento llevó la aeronave hacia el monte en el que finalmente cayeron. Los dos tripulantes ya estaban sin el control del avión.
“Al salir (la maniobra) pérdida se bajó un ala y no se pudo recuperar. Pasó en ocho o diez segundos. Es una maniobra que es parte del entrenamiento”, comentó Henderson.
El avión quedó con la hélice contra el piso y los tripulantes manejaron el paracaídas con los pedales, sujetados de un arnés. “Abrimos la puerta y salimos caminando”, detalló. El piloto destacó que el avión que manejaba era “muy sofisticado” y tiene incorporada esta tecnología. “Si no, no estaríamos acá”, comentó.
Tras el accidente, los tripulantes no pudieron identificar si se trató de una falla mecánica, aunque la información primaria indicaba que no. “Fue una desgracia con suerte”, dijo el alumno. “Fue muy rápido todo y la verdad es que no da para sentir nada. Desde que se bajó el ala hasta que estábamos en el piso fueron diez segundos”, agregó el aprendiz.
Que la aeronave haya caído en una zona arbolada ayudó a amortiguar el golpe. “Gracias a Dios estamos espectacularmente bien y la podemos contar”, dijo.