(Desde Santiago, Chile) Una semana ha transcurrido desde el secuestro del exmilitar venezolano Ronald Ojeda Moreno (32), perpetrado por cuatro hombres armados, con acento caribeño y vestidos como detectives de la Policía de Investigaciones (PDI). Hasta hoy se desconoce si Ojeda Moreno está muerto, si sigue vivo, o si fue llevado a Venezuela, pero lo cierto es que su familia no ha recibido ninguna llamada pidiendo dinero a cambio de su libertad.
El Gobierno ha dicho que no descarta ninguna hipótesis y, hasta ahora, son tres las líneas investigativas que se siguen: un posible rapto por parte de agentes de la temida Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) venezolana, un autosecuestro para perderle la pista al régimen de Maduro y, por otra parte, un simple secuestro extorsivo llevado a cabo por el crimen organizado, lo que apuntaría al Tren de Aragua.
Según informó el diario digital Emol, una de las pistas dice relación a un automóvil hallado poco después del plagio de Ojeda en la autopista Costanera norte, modelo Nissan Versa 1.6 del año 2020, en el que no se pudieron encontrar huellas digitales. Las policías chilenas estarían trabajando además en la ubicación de una posible “casa de seguridad” o base de operaciones, utilizada como refugio temporal.
El secuestro
El rapto de Ojeda Moreno ocurrió la madrugada de este miércoles 21 de febrero, desde su departamento ubicado en la comuna santiaguina de Independencia, en el piso 14. Ojeda fue sacado desde el edificio por cuatro hombres, quienes se encontraban armados, vestidos como detectives de la policía civil y premunidos incluso de un ariete para derribar la puerta.
Existen dos videos de cámaras de seguridad: el primero muestra cómo Ojeda es conducido, en calzoncillos y maniatado, por el pasillo del edificio hacia el ascensor. En el segundo registro es posible apreciar cómo lo suben a un automóvil Nissan Versa 1.6, igual al que poco más tarde aparecería abandonado en la autopista Costanera Norte.
Ese día, el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, confirmó la noticia e informó que ya se había pedido a las policías reforzar los controles fronterizos y levantado una alerta en Interpol.
Al día siguiente, la investigación se centró en el destino de los otros 32 militares venezolanos que fueron expulsados de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) por el régimen chavista, a fin de determinar si existen patrones comunes entre ellos. También se supo que el Ojeda Moreno tenía un trabajo en el área de la seguridad. Ahí surgió el concepto de un “secuestro atípico”.
El viernes, la ministra del Interior, Carolina Tohá, se refirió al curso de la investigación: “El Gobierno está estudiando y apoyando la investigación que hace la fiscalía y que contempla distintas hipótesis, para todas estamos prestando ayuda, con todas las herramientas que tenemos disponibles”, aseguró.
Tocante a la posibilidad de que el plagio de Ojeda Moreno tuviese relación con el régimen de Nicolás Maduro, Tohá aseveró que “en los medios se ha mencionado frecuentemente una de las hipótesis, pero hay varias otras más, no son dos ni tres, son varias más. En todas ellas se están haciendo diligencias”.
El fin de semana, los trabajos se focalizaron en la revisión de las cámaras de seguridad y registro del Tag de las autopistas, con el fin de encontrar una posible “casa de seguridad”.
El lunes pasado, a cinco días de los hechos, se logró establecer que el Nissan Versa era robado y que su patente había sido clonada. También se determinó quién era su verdadera dueña. Sin embargo, no se pudieron levantar huellas digitales.
Desde ése día, no ha habido mayores avances en el caso y por ahora, las policías analizan la ruta de más de diez vehículos que circularon por la autopista a la misma hora en que fue abandonado el Nissan Versa. El problema radica en que no existen imágenes claras en los registros de videos de la autopista. Persiste la duda, entonces, si hubo cambio de automóvil y si Ojeda Moreno fue llevado a una casa de seguridad, sacado del país, o, en el peor de los casos, ajusticiado por sus captores.