Reconocidos especialistas firmaron una carta para la Corte Internacional de Justicia sobre el proceso por genocidio contra Israel

La Dra. Bárbara Pruski y el experto en Medio Oriente Hernan Wergifker solicitan al tribunal que desestime la acusación por parte de Sudáfrica

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La Corte Internacional de Justicia (CIJ) el día del juicio para escuchar una solicitud de medidas de emergencia por parte de Sudáfrica, que pidió al tribunal que ordene a Israel detener sus acciones militares en Gaza y desistir de lo que Sudáfrica dice que son actos genocidas cometidos contra los palestinos durante la guerra con Hamas en Gaza, en La Haya, Países Bajos, 11 de enero de 2024. REUTERS/Thilo Schmuelgen/Archivo
La Corte Internacional de Justicia (CIJ) el día del juicio para escuchar una solicitud de medidas de emergencia por parte de Sudáfrica, que pidió al tribunal que ordene a Israel detener sus acciones militares en Gaza y desistir de lo que Sudáfrica dice que son actos genocidas cometidos contra los palestinos durante la guerra con Hamas en Gaza, en La Haya, Países Bajos, 11 de enero de 2024. REUTERS/Thilo Schmuelgen/Archivo

Legitimados por el principio de Amicus Cureae (amigos de la Corte), los firmantes sostienen ante la Corte Penal Internacional que se deben descartar la acusaciones de Sudáfrica contra el Estado de Israel.

Una de las signatarias, la Dra. Bárbara Pruski, reconocida litigante y docente universitaria, sostiene que no existe base legal tipificada ni mucho menos sustento factico en pruebas para argumentar que Israel esta cometiendo un genocidio en la guerra contra Hamas en la Franja de Gaza. Entre los argumentos vertidos, señala que Israel está ejerciendo su derecho a la legítima defensa, en el momento indicado por la ley internacional (responde de forma contemporánea al ataque del 7 de octubre) y utilizando las medidas bélicas acordes a la amenaza que Hamas presenta. En relación a la legítima defensa argumentan: “La teoría de la legítima defensa preventiva fue invocada especialmente para justificar acciones militares que no estaban cubiertas a través del entendimiento prevalente, tanto en la doctrina como en la práctica internacional, de la legítima defensa del derecho internacional. Dada la prohibición general de la amenaza o uso de la fuerza en el derecho internacional y el Sistema de Seguridad Colectiva establecido por la Carta de Naciones Unidas, la legítima defensa del artículo 51 de la Carta se presenta como la única excepción a esa prohibición, que habilita a los Estados individuales a aplicar la fuerza por sí solos en contra de otros Estados”. La soberanía israelí ha sido atacada ilegalmente, los civiles israelíes agredidos de formas inhumanas, por lo que Israel cumple con las obligaciones fundamentales de todo esto.

Manifestantes proisraelíes se reúnen cerca de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) mientras los jueces escuchan una solicitud de medidas de emergencia por parte de Sudáfrica para ordenar a Israel que detenga sus acciones militares en Gaza, en La Haya, Países Bajos 12 de enero 2024. REUTERS/Thilo Schmuelgen/Archivo
Manifestantes proisraelíes se reúnen cerca de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) mientras los jueces escuchan una solicitud de medidas de emergencia por parte de Sudáfrica para ordenar a Israel que detenga sus acciones militares en Gaza, en La Haya, Países Bajos 12 de enero 2024. REUTERS/Thilo Schmuelgen/Archivo

Otro de los firmantes, el autor de varios libros sobre conflicto palestino-israelí, Hernan Wergifker, explico en Infobae que “vivimos en el mundo del reves. Hamas viola de forma constante e intencionada las leyes de la guerra y es a Hamas a quien se debería procesar por intento de genocidio. Cuando un combatiente se disfraza de civil en vez de vestirse como militar, cuando utiliza a civiles como escudos humanos intencionalmente, cuando usa edificios civiles (como ser hospitales) para acciones bélicas y dispara adrede para asesinar civiles enemigos. Todos estos eventos representan violaciones a los derechos humanos y a las leyes de la guerra”.

Pruski senaló que el abuso que estaba ejerciendo Sudáfrica y el uso indebido del término y la acusación de genocidio debe “motivar a todas las personas de bien a defender las instancias del derechos internacional. Qué vamos a hacer cuando realmente alguien cometa un genocidio si acusamos de tal violación a cualquier guerra de legitima defensa”.

Wergifker agrega que los exponentes que defendieron las acusaciones lideradas por Sudáfrica y refrendadas por Estados, generalmente no democráticos o desde portavoces de gobiernos post-modernistas “no muy exitosos, no dudan en hacer malabarismos legales como justificar la acusación de Sudáfrica en base al supuesto corte de flujo de agua para los palestinos o de gasolina, cosa que es inexacta y que demuestra no solamente falta de criterio legal sino un un desconocimiento profundo de lo que en el terreno está ocurriendo”.

El escrito ha sido presentado ante la Corte Penal Internacional en un texto redactado en ingles (y en castellano) con la esperanza que la voz de estos argentinos influya a la hora de adoptar una decisión.

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