Durante el último mes, la región de Emilia-Romaña, en el Norte de Italia, fue el escenario de devastación: 17 personas murieron a causa de de inundaciones provocadas por virulentas tormentas, y miles perdieron sus hogares; y ni hablar del daño material y todas las personas que perdieron sus negocios y sustentos.
“La pregunta que hay que hacernos no es si un evento desastroso como las inundaciones mortales volverá a ocurrir, sino cuándo y dónde ocurrirá”, dijo el ministro de protección civil italiano, Nello Musumeci.
Es que los expertos dijeron que no se trata de hechos aislados, y que estas inundaciones seguirán ocurriendo, especialmente por la creciente ruina y destrucción que dejan a su paso fenómenos naturales alimentados por el cambio climático.
Pero en un nuevo estudio, un grupo de científicos tiene una teoría diferente.
Ellos dicen que el cambio climático no parece ser el culpable de las tres intensas lluvias, una detrás de la otra, que afectaron la región. Se trataría de un evento que ocurre una vez cada 200 años, pero la causa es aún un misterio.
Mediante simulaciones por computadora y observaciones de eventos pasados, el equipo de investigadores de World Weather Attribution (WWA) buscó pero no encontró evidencia de calentamiento causado por humanos, como los combustiles fósiles, detrás de la lluvia, como sí se había especulado en estudios pasados.
Fueron en particular golpeadas las provincias de Bolonia, Rávena, Forli-Cesena y Rímini, que experimentaron graves inundaciones luego de tres fuertes lluvias separadas los días 2, 10 y 16 de mayo.
Los tres eventos de lluvia fueron impulsados por tres sistemas distintos de baja presión situados sobre el mar Tirreno. El primero de los tres eventos de fuertes lluvias ocurrió después de dos años de sequía en el norte de Italia debido a nevadas invernales por debajo del promedio en los Alpes, Dolomitas y Apeninos, lo que dejó la tierra seca y dura e incapaz de absorber el agua.
Para los dos eventos posteriores, los suelos estaban saturados. La precipitación acumulada de los tres períodos de fuertes lluvias provocó que 23 riberas de ríos se inundaran en la región, sumergiendo asentamientos y provocando más de 400 deslizamientos de tierra, de los cuales varios fueron graves.
Los científicos -un grupo internacional de Italia, los Países Bajos, Francia, Estados Unidos y Reino Unido- observaron las precipitaciones de primavera en la región de estudio en función de una densa red de unas 60 estaciones meteorológicas en el área que tienen datos consistentes desde al menos la década de 1960.
La fuerte lluvia de los primeros 21 días de mayo de 2023 es el evento más húmedo de este tipo en el registro con un tiempo de retorno estimado en unos 200 años. Esto significa que en un año determinado, la probabilidad de que ocurra un evento de este tipo es de alrededor del 0,5 por ciento.
“En los datos de la estación, así como en otros productos de datos de observación, no hay una tendencia significativa en la precipitación primaveral de 21 días: por lo tanto, la cantidad de lluvia que cae hoy en un evento de 200 años es la misma que en un evento de 200 años en el comienzo del registro”, escribieron.
Como dijo Friederike Otto, del Imperial College London y fundadora del grupo científico durante la presentación de los hallazgos, este estudio se llevó a cabo “para responder a la pregunta de si el cambio climático influyó en las inundaciones de Emilia-Romagna y en qué medida”.
Para determinar si realmente no hay una tendencia debido al cambio climático, observaron el mismo evento de 21 días en modelos climáticos con y sin el aumento del cambio climático inducido por el hombre: “De los 19 modelos utilizados, ninguno muestra un cambio significativo en la probabilidad o intensidad de que ocurra tal evento. Esto sugiere que, a diferencia de la mayor parte del mundo, no hay un aumento detectable de fuertes lluvias en la región de Emilia-Romaña en primavera”.
De acuerdo con el grupo de investigación, este hallazgo corrobora investigaciones anteriores que encontraron que con el cambio climático inducido por el hombre, la cantidad de sistemas de baja presión en el Mediterráneo central ha disminuido. Esto conduce a una reducción de las fuertes lluvias, lo que compensa el aumento esperado de las fuertes lluvias debido al calentamiento global.
Emilia-Romagna es una de las regiones más productivas de Italia. Durante el auge económico de la posguerra de la nación, se urbanizó rápidamente, por lo que el tejido urbano cada vez más denso ha limitado el espacio para el drenaje del agua y han aumentado el riesgo de inundaciones, lo que ha exacerbado los impactos de las fuertes lluvias. “Sin embargo, este fue un evento extremadamente raro”, aclararon, “y la mayoría de las infraestructuras no pueden construirse razonablemente para soportar eventos de tan baja frecuencia.
Si bien aún no se ha analizado el perfil completo de los impactos en la vida humana y los medios de subsistencia, las evaluaciones iniciales muestran que las inundaciones y los deslizamientos de tierra causaron 17 muertes y desplazaron a aproximadamente 50.000 personas. La mayoría de los fallecidos eran ancianos y fallecieron en sus hogares, en muchos casos vinculados a movilidad reducida o reticencia a evacuar.
“Estas muertes resaltan cómo las vulnerabilidades preexistentes, como la discapacidad y la percepción limitada del riesgo, exacerbaron los impactos en la región”, alertaron.
El objetivo de la World Weather Attribution es demostrar vínculos confiables entre el calentamiento global y ciertos fenómenos meteorológicos, una meta a la que esta vez no pudieron llegar.
“Es relativamente inusual que un estudio de atribución encuentre que las lluvias extremas no fueron más probables por las emisiones de gases de efecto invernadero”, admitió la organización.
Los científicos aclararon que este estudio es muy reciente -cientos de casas y granjas aún se encuentran sumergidas-, y no ha sido revisado por pares. Se requerirá más tiempo para probar sus conclusiones.
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