En la Universidad del Alba, en la ciudad chilena de La Serena, hay indignación y conmoción. Los estudiantes aún no comprenden lo que ocurrió hace un par de días con el destino de Negri y Llorón, dos perros callejeros que deambulaban periódicamente por el recinto educacional y que se convirtieron en una especie de mascota del lugar, pero que de un día a otro desaparecieron. ¿El motivo? Fueron sacrificados para ser utilizados en clases de anatomía de la carrera de medicina veterinaria en esa escuela de altos estudios a 450 kilómetros al norte de Santiago.
La denuncia nació desde redes sociales y con el correr de los días amplificó su impacto en toda la comunidad educativa. Los alumnos de otras carreras se organizaron y salieron a la calle a protestar para exigirles respuestas a las autoridades de la universidad.
La indignación aumentó más cuando circularon imágenes de los dos animales ya sin vida sobre camillas veterinarias y siendo exhibidos durante las clases. Según consignó el Diario El Día, los cadáveres expuestos eran de Negri y Llorón, lo que provocó una manifestación inmediata en la que incluso varios estudiantes se tomaron el edificio. “Voz para los que no tienen” y “asesinan perros inocentes”, fueron algunos de los mensajes escritos en los carteles pegados en las rejas.
Presionada por la crudeza de las imágenes y el impacto del caso, la Universidad del Alba recogió la denuncia e inició una investigación interna que esta semana trajo consecuencias.
“La Universidad del Alba es una comunidad compuesta por más de 7 mil personas, entre estudiantes, docentes y funcionarios, además de otros 11 mil egresados. Todos y todas, sin excepción alguna, estamos profundamente dolidos y horrorizados con lo ocurrido con Negri y Llorón”, sostuvo la casa de estudios en un comunicado.
“Estos crueles e injustificables hechos, que conocimos el pasado jueves 25 de mayo, dieron pie a una investigación interna, encabezada por el académico Valentín Volta Valencia, de cuyo informe se desprenden las siguientes medidas administrativas, adoptadas por el rector Rafael Rosell Aiquel. Estas medidas se deben a faltas graves a los protocolos que rigen todas nuestras actuaciones y procesos universitarios, y a una colusión para realizar eutanasia de mascotas comunitarias en el laboratorio de anatomía de la carrera de Medicina Veterinaria de la sede La Serena”, argumentó el texto en el que se detallaron las sanciones. El primer afectado fue el vicerrector de la sede La Serena con la Universidad del Alba, quien fue suspendido por el periodo que dure la investigación penal.
“Y se procede a la desvinculación inmediata de los siguientes funcionarios de la sede La Serena: el director de Administración y Finanzas; la directora de la carrera de Medicina Veterinaria; el director del Hospital Veterinario y una docente de la misma carrera. En atención a los hechos señalados, se realizará una reestructuración de las asignaturas de anatomía veterinaria de la carrera de Medicina Veterinaria en sede La Serena”, informó la casa de estudios, quien también presentó una querella penal contra quienes resulten responsables de la muerte de los perros.
De manera paralela, desde el Colegio Médico Veterinario (Colmevet) y las Comisiones Nacionales de Bioética y Bienestar Animal -del mismo gremio- manifestaron su repudio ante las denuncias de los hechos.
“Hoy los estándares para la investigación y docencia con animales que deben tener las universidades, el bienestar animal y la ética profesional, nos exigen como gremio alertar la necesidad de seguir avanzando en regulaciones que puedan mejorar las actuales normativas. Su uso para docencia debería estar autorizado por la autoridad competente de la universidad”, señaló el doctor Fernando Costa del Río, presidente regional del organismo.
Desde la propia entidad, puntualizaron que que la ley chilena que rige sobre protección animal especifica las condiciones para evitar el maltrato en este tipo de casos. “Tales experimentos, además, deberán practicarse en instalaciones adecuadas (…) Los establecimientos en que se realicen estos experimentos deberán contar con instalaciones idóneas a las respectivas especies y categorías de animales, para evitar el maltrato y deterioro de su salud”.
Adicionalmente, manifestaron que la misma normativa establece que el Comité Nacional de Bioética Animal es el encargado de definir las directrices bajo las que se pueden hacer investigaciones con animales en el país.
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