Rick Bright, director de la Autoridad de Investigación y Desarrollo Biomédico Avanzado (BARDA) de Estados Unidos y uno de los principales expertos en desarrollo de vacunas del país, dejó su cargo en medio de la pandemia de coronavirus, informaron este miércoles medios estadounidenses.
Los motivos del cambio de liderazgo en la agencia, que invierte en medicamentos, dispositivos y otras tecnologías que ayudan a abordar los brotes de enfermedades infecciosa, no fueron comunicados. No obstante, varios medios estadounidenses reportaron como posible causa los crecientes desacuerdos entre Bright y Bob Kadlec, el Subsecretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS), sobre la manera de responder a la crisis.
El funcionario será reemplazado por su vice Gary Disbrow, quien actuará como director interino de la oficina. Bright ha liderado la organización, creada en 2006, desde 2016. Un portavoz del HHS aclaró que ahora comenzará a trabajar en el área de diagnósticos.
La Autoridad de Investigación y Desarrollo Biomédico Avanzado está al centro de la lucha del gobierno estadounidense contra la pandemia, que dejó en el país —el más afectado por la COVID-19— cerca de 45 mil muertos y más de 820 mil casos.
El Congreso triplicó el presupuesto de BARDA en el paquete de estímulo contra el coronavirus más reciente. Entre otras actividades, la agencia colabora con empresas como Johnson & Johnson y Moderna Therapeutics en el desarrollo de posibles tratamientos contra el covid-19.
La carrera de Bright se ha centrado principalmente en el desarrollo de vacunas y medicamentos. Su trabajo en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades se centró en los virus de la influenza, los medicamentos antivirales y las pruebas. También trabajó en la industria biotecnológica y fue asesor de la Organización Mundial de la Salud. Antes de convertirse en director de BARDA, dirigió la División de Influenza y Enfermedades Infecciosas Emergentes de la agencia.
A principio de abril se refirió a la cooperación entre el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) y Regeneron Pharmaceuticals para desarrollar anticuerpos monoclonales para combatir la infección, una línea de tratamiento diferente a los antirretrovirales y medicamentos contra la gripe que también han surgido como posibles defensas contra el coronavirus.
“Trabajando como socios público-privados como lo hemos hecho con Regeneron desde 2014, podemos actuar rápidamente para responder a las nuevas amenazas a la salud global”, dijo entonces Bright.
Los anticuerpos monoclonales, copias producidas en laboratorio de un solo tipo de anticuerpo, constituyen una forma de inmunoterapia. Acompañan a ciertas proteínas en un virus, neutralizando la capacidad del patógeno para infectar células humanas.
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