Para ayudar al distanciamiento social, una boxer atigrada de 11 años ayuda a sus dueños a entregar vinos a los clientes de Stone House Urban Winery, una bodega en Maryland.
Tras las recomendaciones del confinamiento por el COVID-19, la bodega anunció en su página de facebook que inauguraría el método de entregas vía Soda Pup.
“(...) Si estás de compras y tienes niños en el coche, o simplemente quieres mantener tu distancia de otras personas, llámanos y haz tu pedido, trataré de entregar personalmente tu vino en mi nueva bolsa de vino”, se lee en una publicación del 20 de marzo pasado (traducido del inglés); acompañada de dos fotos de Soda Pup, quien carga una pequeña mochila adaptada con dos bolsas que contienen una botella de vino a cada lado, mientras la canina posa frente al local de sus dueñas.
El texto, que simula haber sido escrito por la perrita, refiere a que Soda también debe poner de su parte porque el Covid-19 afecta a las pequeñas empresas.
"Mamá dice que todos tenemos que lanzar y sacar nuestro propio peso, eso también me incluye a mí", abunda el escrito.
Pasadas poco más de dos horas, la bodega publicó, también en facebook, un video de la entrega inaugural: Barb Rhodes, una clienta habitual de Stone House Urban Winery, esperaba en el estacionamiento frente al local de vinos mientras una tímida Soda se acercaba al llamado y cargaba una botella en el compartimento izquierdo de su alforja.
Lorie Yata, copropietaria de la bodega con Lorie Dixon, puso en marcha el método de entrega con Soda ante la cuarentena del Coronavirus.
"Antes de que todo esto sucediera, tuvimos tantos clientes que vinieron a ver Soda. Tomarían una copa de vino, se sentarían en el suelo con ella, algunos lo llevarían afuera.
“(Y) al ser una pequeña empresa, estamos tratando de mantenernos a flote. Así que decidimos utilizar un poco de incentivo para atraer a la gente”, dijo Yata al Herald Mail Media.
Es así como la perrita de unos 34 kilos puede entregar, previa llamada, frente al estacionamiento del local en Hagerstown North End de miércoles a domingo en un horario variado entre las 12:00 y 18:00 horas.
Aunque han circulado temores por la transmisión del COVID-19 por interactuar o estar cerca de un perro, no hay evidencia de que estos propaguen el virus a humanos “a través de gotas”, como informó la reportera Karin Brulliard para The Washington Post.
Por su parte, la Asociación Americana de Medicina Veterinaria (American Veterinary Medical Association) ha informado que las personas sanas pueden acariciar perros sin mayor preocupación.
Varios vecinos de Hagerstown han visto atractivo el método de entrega e, incluso, algunos curiosos han viajado desde otras ciudades, al menos, para poder tomarse una foto con Soda.
Un hombre viajó desde Alexandria, Virginia, luego de ver las publicaciones en Facebook.
Una pareja solo quería tomarse fotos con Soda. “Querían que la gente supiera que estaban aquí con él”, indicó Yata.
Dos semanas atrás, el sábado 4 de abril, Stone House Urban Winery publicó que “tres mujeres amorosas” habían conducido desde Baltimore para conocer a Soda y comprar vino.
Entre tanto, una preocupación de Yata es que durante la entrega no pueda pasar algún ganso que distraiga a Soda Pup y ella vaya por él y las botellas de vino podrían sufrir un accidente.
Una propina adecuada para la perrita que entrega vinos sería algún hueso que pusieran en su alforja.
Sin embargo, en otra publicación también se advierte que el "Soda's Pack" solo llevaría dos botellas por cliente.
Yata y Dixon, propietarias de la bodega, se definen como “dos mujeres que marcan la diferencia en el mundo del vino”, pero con la entrega vía Soda Pup, también marcaron la diferencia en el distanciamiento social para pequeñas empresas que aplican medidas de prevención ante la pandemia.
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