Unas ardillas en las afueras de la ciudad de Pittsburgh, en el estado de Pennsylvania, escogieron un lugar peculiar para almacenar la comida que consumirían cuando en los próximos meses el invierno azote el Medio Oeste de los Estados Unidos: el motor de una camioneta.
Todo comenzó con un viaje inconcluso y olor a quemado. Una mujer circulaba con su automóvil por una carretera local cuando comenzó a oler a quemado. Asustada, decidió detenerse para revisar que no tuviera problemas. Fue entonces cuando se encontró con la sorpresa.
Las ardillas habían usado la zona del motor de la camioneta, debajo del capó, para almacenar cientos de nueces y pasto, donde dormían e incluso salvaguardaban a sus crías.
“Les doy un consejo a todos en este día lluvioso: los roedores y los vehículos no deben mezclarse”, escribió Chris Persic en su cuenta personal de Facebook, donde compartió los detalles sobre la invasión de ardillas en el auto familiar. “Mi esposa me llamó desde Northland Library y me dijo que el carro olía como si se estuviera quemando, además de hacer ruidos extraños. Le dije que se detuviera y levantara el capó, y estas son las imágenes que me envió”, añadió.
El hombre se encontraba a unos cuantos kilómetros de distancia, pero él también sufrió problemas mecánicos, que después ambos ligarían con los mismos responsables: las ardillas.
“Yo estaba en (la tienda) Shorkey, en (la calle) McKnight, después de que tuvieran que remolcar mi camioneta (ya tiene más de 6.500 kilómetros de recorrido) porque empezó a temblar de más cuando aceleraba, y después la luz del motor se encendió”, explicó Persic.
“Es por ello que tuve que solicitar un carro rentado, para poder dirigirme a donde estaba mi pareja, y ayudarla a limpiar las 200 (no es una exageración) nueces y pasto que se encontraban sobre el motor de la camioneta. Nos tomó casi una hora, pero logramos limpiarla lo suficiente para llevarlas a un mecánico", relató el hombre.
“Para no alargar la historia, si ustedes estacionan sus vehículos al aire libre y no dentro de sus propiedades, háganse un favor a ustedes mismos y y revisen debajo del capó una vez cada tanto”, recomendó Persic. “Mi camioneta posiblemente tenía un cable mordisqueado por una ardilla, lo que desconectó la manguera del combustible”, contó.
“El auto de Holly (su pareja) parecía ser el almacén que las ardillas estaban preparando para los próximos tres inviernos. Nos volvimos locos”, concluyó.
La pareja aseguró a la cadena local CBS Pittsburgh que el árbol que se encuentra en la entrada de su propiedad, y muy cercana a donde los automóviles de la familia suelen ser estacionados. Ambos habían pensado en días anteriores a dónde iban a dar todas esas nueces que caían del árbol y desaparecían después de algunas horas o de un día para otro.
“Es muy curioso, estaba pensando que, para ser un árbol tan masivo, muy pocas nueces habían en el pasto, sobre todo para la época del año”, explicó Persic. “También pensábamos que nuestro vehículo tenía varias abolladuras y no descubríamos de dónde venían", concluyó.
La respuesta, al parecer, ha sido resuelta. La pareja ha pedido además que, para evitar problemas futuros, le han requerido al gobierno local que retire el árbol, aunque podrían enfrentar resistencia de parte de los vecinos y del mismo Distrito, que suele preservar este tipo de nogales.