Con la sorpresiva colocación de dos bonos en pesos a cinco y ocho años a tasa fija, el Gobierno consiguió la oferta de dólares que tanto estaba precisando. Y eso permitió bajar casi un peso el tipo de cambio en la última hora de la rueda del martes. El equipo económico festejó el resultado de la jornada, que coincidió con un mal día para los mercados y en especial para los emergentes. Pero aun así el dólar terminó en $24,05 para el segmento mayorista y a $24,50 para el público, la primera caída más resonante desde que arrancó la crisis cambiaria el 26 de abril.
Para hoy, el Central tendría previsto repetir la oferta de USD 5.000 millones como en las últimas dos jornadas. Pero a pesar de esta propuesta agresiva, ayer se vio obligado a vender unos USD 800 millones a $25, casi el doble del día anterior. Pero el dato más relevante, sin embargo, fue el ingreso de divisas para comprar el nuevo titulo colocado por el ministerio de Finanzas, que así demostró que los mercados siguen abiertos para financiar las necesidades fiscales.
El Bono del Tesoro (Bote) a cinco años fue colocado a una tasa del 20% y el de ocho años al 19% fija anual en pesos. Entre los principales compradores de esta sorpresiva jugada del ministro de Finanzas, Luis Caputo, estuvo el fondo Templeton, que apuesta a una reducción de la inflación y a una mayor estabilidad del dólar en los próximos años.
Entraron divisas para comprar el nuevo bono en pesos emitido por el Tesoro, pero igual al Central le compraron USD 800 millones a $25 durante la jornada
Resulta difícil afirmar que no habrá nuevos capítulos de presión cambiaria en los próximos días o semanas. De hecho, ayer fue un mal día en los mercados internacionales, con caídas superiores a 1% en Wall Street y suba de las tasas del Tesoro norteamericano a diez años nuevamente arriba del 3% anual.
De hecho, el Central ayer se vio obligado a vender muchos dólares. Y una parte de los inversores que no renovaron Lebac es posible que también demanden divisas en los próximos días. No obstante, se consiguió el 100% de renovación porque fueron los bancos los que aportaron el grueso de lo que faltaba, tras la decisión del Central de aliviarles los requisitos de liquidez para mayo y junio.
Vienen las discusiones en el frente fiscal
Lo que viene por delante ahora es la discusión para encaminar a la Argentina hacia una mayor solvencia fiscal. El Gobierno ya comenzó a convocar una gran discusión nacional por el Presupuesto 2019 y se viene el acuerdo con el FMI, que irá de la mano de un compromiso de una reducción del rojo fiscal. El ministerio de Hacienda, por lo pronto, ya anunció la semana pasada una reducción de la meta de déficit fiscal primario de este año desde el 3,2% al 2,7%. De esta forma, bajaría la dependencia del financiamiento externo en lo que resta del 2018.
La baja del déficit primario de 44% estuvo explicada principalmente por la disminución en gastos de capital, es decir obra pública. Es ahora más importante ese recorte que el de los subsidios
No casualmente ayer desde Hacienda divulgaron buenos datos fiscales de abril, justo antes de la apertura de los mercados. El resultado arrojó una reducción del déficit primario de 44%, fruto de ingresos que subieron a un ritmo del 20% y gastos que solo lo hicieron al 14 por ciento.
Un informe de la consultora ACM detalló que el principal componente que aparece para favorecer la reducción del déficit está relacionado con la obra pública. El recorte es mayor en este rubro incluso que en los subsidios energéticos. "Los gastos de capital disminuyeron 24,6% interanual en abril y 23,5% en el primer cuatrimestre. Esta tendencia continuará en los próximos meses, según adelantó ya Hacienda, que calculó un recorte adicional de $30.000 millones respecto a lo estipulado en el Presupuesto".
Los subsidios económicos caen 17,6% hasta los $15.560 millones, de la mano de una fuerte reducción de los vinculados a la energía (casi 27% de disminución en abril).
Para los mercados son buenas noticias en la medida que la tendencia se siga manteniendo en la misma dirección. El viernes el directorio del FMI dará su primer visto bueno para avanzar en un acuerdo con la Argentina, pero demorará varias semanas hasta que se vea concretado. De todas formas, la discusión central pasará por el ajuste fiscal que comprometerá el Gobierno, que finalmente es la solución principal para los problemas de inflación y altas tasas de interés que sufre la economía.
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