El acto de mirar el celular delante de la pareja se consolidó como algo tan cotidiano, aunque puede ser peligroso para el futuro del vínculo de la relación. El uso desmedido llegó a tal punto, que se naturalizó en todo momento. Es más, algunas personas llegaron más lejos en sus conductas adictivas y "lo espían" mientras mantiene relaciones sexuales.
Esa experiencia responde desde hace unos años al nombre de phubbing, término oficializado a inicios de 2012 por los responsables del diccionario Macquarie, en Australia, y que surge de la mezcla de las palabras "phone" y "snubbing" (despreciar).
Investigadores de la Universidad británica de Columbia, Canada diseñaron un estudio experimental durante dos semanas, donde participaron 221 personas en el que estudiaron el comportamiento de las parejas con sus teléfonos inteligentes. Los datos relevados arrojaron las siguientes cifras: 1 de cada 10 personas confesaron usar su smartphone durante el momento de mayor intimidad.
"Los que necesitan consultar el celular durante el encuentro sexual no se entregan de lleno a la actividad erótica"
En la actualidad uno de los mayores conflictos que enfrentan las relaciones es cuando el teléfono móvil se convierte en el tercero en la cama. El médico psiquiatra y sexólogo Walter Hugo Ghedin explicó a Infobae cómo el uso desmedido de los teléfonos inteligentes interviene en la sexualidad.
Por otra parte, el uso constante de los celulares, sobretodo en el ambiente de intimidad, puede provocar que las relaciones se enfríen o pierdan su intensidad, pero además crean desconfianza.
De esta manera, el experto detalló que "el sistema psíquico del individuo no se relaja al controlar y estar en alerta de manera permanente". En los hombres, dice el especialista, resulta más fácil estar atentos al dispositivo sin alterar sus funcionamiento. Aunque el principal perjudicado durante esta conducta es el "otro" que es #excluído o no tenido en cuenta, generando un incremento de los niveles de depresión".
El estado de alerta puede provocar problemas sexuales que al persistir pueden convertirse en disfunciones
Por otra parte, el especialista explicó que la ansiedad generada anticipatoria (por estar pendiente de los posibles estímulos) reduce el juego erótico necesario durante el encuentro. Tanto en tiempo como en calidad, llevando a la pérdida del deseo, de la erección, y del orgasmo.
En la intimidad
Durante el acercamiento se necesita que todos los sentidos estén atentos a los estímulos que surjan del contacto de los cuerpos, cuando hay algo que distrae, se hace difícil volver a remontar la intensidad de la unión.
"Está de más decir que apenas se toma la iniciativa de acercarse al otro la atención debe estar dirigida a ese momento. Se tomarán recaudos para que el acto sea íntimo, sin interferencias que se pueden evitar de antemano. El juego previo debe ser lo más rico y prolongado que se pueda; la calidad del mismo ayuda a la plenitud y al disfrute."
Las personalidades con rasgos narcisistas son más propensas a tener esta conducta. De esta manera, es difícil mantener un vínculo fluido y este se acentúa con distracciones externas como pueden ser las notificaciones de las redes sociales o menciones, más cuando se trata de ellos.
El experto destacó que "los sujetos obsesivos también son más propensos a recurrir a estos gadgets durante las relaciones. Creen que si no responden en ese momento el llamado o los mensajes están en falta".
En este sentido, algunas personas se acostumbran a funcionar disociando el deseo sexual de la ansiedad o bien encuentran placer al estar en ambos lados al mismo tiempo .
Hoy la tecnología afecta las relaciones afectivas e influye en la manera en que se establecen los vínculos. Se metió en la cama de formas diversas: a veces aportando beneficios, pero otras generando frustración, momentos de tensión y hasta desmotivación sexual en la pareja.