Victoria Onetto: "Los artistas que nos pronunciamos por tal o cual idea en este momento vivimos una persecución"

La actriz habló con Infobae de su militancia política. Además recordó entre risas la etiqueta de sex symbol y contó que de joven sufrió en carne propia la violencia de género

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"Me encantó conducir, le tomé el gustito" dice Onetto sobre su experiencia en Desgeneradas, la propuesta de Canal Nueve que terminó ayer, tras no alcanzar el rating esperado. "Me quedé con ganás de más, así que van a tener más Onetto conductora", agrega entre risas y aclara que la relación es excelente, sigue siendo figura del canal y están evaluando nuevas propuestas.

— ¿Te sentiste etiquetada dentro de la profesión?

— El otro siempre necesita poner en vos una etiqueta para colocarte en un lugarcito como actriz. He tenido un montón, la que me sale más fácil es la sex symbol. Yo me muero de risa, porque si ves los personajes que hice a lo largo de mi carrera como actriz, de sex symbol fueron dos. Pero todavía como sociedad nos falta avanzar en un montón de temas; para ser Ámsterdam nos faltan 600 años. Hoy por hoy, siguen causando revuelo una teta y un culo. Leí el otro día la noticia del cura que puso normas de vestimenta en la Iglesia, no se puede ir con calzas, no se puede ir con minifalda, con short. Chicos, estamos en el siglo XXI, tenemos un Papa progresista. Esas cosas atrasan muchísimo.

"Siempre me mando al frente, no le tengo miedo a los desafíos y a romper con lo establecido"

— Volviendo a la sex symbol, ¿se disfrutó en algún momento o no?

— Sí, obvio. Tengo mucho sentido del humor respecto de mí misma. En su momento tuvo que ver primero con una edad, de los 20 a los 30, tuve la oportunidad de que me fuese bien en la profesión, ganar plata, estar en la cresta de la ola y sentirme inmortal. De los 20 a los 30, pensás que nada te va a pasar, que tenés una impunidad en la vida frente a todo. Hay una cosa que tiene que ver con este impulso generacional de la edad y hasta te diría transgresor, de vanguardia, de romper con los moldes, de ir un poquito más allá de lo establecido. Siempre me mando al frente, no le tengo miedo a los desafíos y a romper con lo establecido.

— Siguiendo con las etiquetas, en algún momento vino la actriz militante.

— Eso vino mucho después. Te diría que el año pasado saqué un poco la cabeza apoyando la candidatura de (Daniel) Scioli. Primero vino mi maternidad que fue una cosa muy grosa que me cambió la vida, la perspectiva, las prioridades. Armé mi familia, que fue un deseo muy fuerte. Y me detuve mucho también, porque una vez que tuve a mi hija, Eva, me dediqué a su crianza a pleno. Por una decisión recontra personal: no me la quería perder y no me la quiero perder.

— ¿En qué te cambió la maternidad hacia la profesión? ¿Aparecieron más "no"? ¿Se miden más las propuestas?

— Las prioridades, obviamente. Lo primero es mi hija que es el tesoro de mi vida, y mi familia que es mi resguardo. Estoy hace 15 años con el mismo hombre, con mi marido, el padre de mi hija, y tenemos un vínculo muy sólido. A la vez tengo una vocación y una pasión muy grande por mi profesión; entonces empecé a intentar hacer cosas que no sólo tuvieran que ver con el entretenimiento sino personajes más vinculados a contar un mensaje que me movilice a mí como persona. Que hagan pensar y dentro de un contexto social.

— Uno de los temas en el que te involucraste tiene que ver con la violencia de género. En el país muere una mujer cada 30 horas, hay una nueva convocatoria de "Ni una Menos" ¿Qué te genera?

— Bronca, indignación, un dolor muy grande. Son muertes, asesinatos, que se pueden evitar.

— ¿Qué nos está faltando desde la política? ¿Qué es lo urgente a resolver?

— Hoy por hoy, la sensación es que hay un vacío legal importante y un vacío de comunicación frente a esta problemática. No hay ninguna campaña al aire en TV para visibilizar, prevenir y difundir la prevención de esto, informar a las mujeres, a las jóvenes, sobre los primeros síntomas de la violencia machista. La violencia es un crescendo, hay síntomas que tienen que ver con una parte muy invisible, otra que es un poco más visible y después ya llegamos al último eslabón, que es el asesinato, pero empieza desde un noviazgo adolescente donde hay lenguaje sexista, insultos, donde te ignoran...

"Yo tuve un noviazgo violento, sí"

—¿En lo personal viviste situaciones de violencia?

— En Relato de una mujer damos un mensaje positivo, que se puede salir en la medida en que uno pida ayuda y hable, lo importante es hablar del tema. Después en la obra hay una charla debate y convocamos a un especialista en género. Siempre terminamos diciendo: "¿Qué mujer no fue alguna vez víctima de algún episodio violento?" y levantamos la mano. Todas levantan la mano. Todas en algún momento hemos sido víctimas de alguna situación violenta, con un noviazgo violento. Yo sí, he tenido un noviazgo violento, la primera vez que me fui a vivir con mi primer novio, tenía 19 años, habíamos alquilado un departamento a mi nombre, tenía mi garantía y todo, y yo me separé y el tipo me dijo: "Yo de acá no me voy". Me tiraba las cosas de un tercer piso, un día llegué y estaban todas mis cosas colgadas de un árbol. Me dijo: "Te voy a pintar el departamento de negro". Le tuve que pagar el departamento seis meses hasta que terminara el contrato, porque me decía que de ahí no se iba. Físicamente gracias a Dios no, porque tuve la viveza de rajarme, pero muchas mujeres están atrapadas.

"Apoyé al candidato del Frente para la Victoria. Hubiera apoyado al que fuera por ese lado"

— Hablamos antes de tu militancia ¿Cómo surgió?

— Yo tengo una historia que tiene que ver con la historia nacional militante de este país, lo llevo en la sangre, es un legado [N.de la R: su padre, Manuel Belloni, militante de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) murió en marzo de 1971, durante la dictadura de Alejandro Lanusse], es como el Rey León, que en un momento no puede escapar al destino, esto es así. Más allá de las personas, lo que yo apoyo son las ideas, este sueño de igualdad, de justicia social, de equidad, de tener todos las mismas oportunidades más allá de la meritocracia. Ahora, hay una cosa con la meritocracia: obvio que está bueno que según el mérito uno pueda obtener ciertas cosas, ciertos trabajos, pero ese mérito depende de si todos tenemos la igualdad. Si un chico fue a la escuela, tiene doble escolaridad, tiene idiomas y qué sé yo, seguramente va a conseguir un mejor trabajo que un chico que no sabe idiomas, que fue a un colegio en el que hicieron paro 100 días. Para lograr la meritocracia lo que tenemos que lograr primero es la igualdad. El año pasado sí, obviamente apoyé al candidato del Frente para la Victoria. Hubiera apoyado al que hubiera por ese lado. A partir de ahí creo que hubo una cosa más de estigmatización y la verdad lo que se está viviendo es triste, porque los artistas que nos pronunciamos por tal o cual idea en este momento vivimos una persecución que no está buena.

— ¿Realmente sentís que se vive una persecución al artista que se manifiesta a favor de lo que piensa?

— Sí, se vive. Está difícil, está duro. Aparte soy muy respetuosa, nunca me vas a escuchar diciendo o denigrando a nadie por pensar distinto. Me gustaría la verdad transmitir un mensaje, hay que bajar un cambio, chicos.

Agradecimiento: ?Agos Guglieri, Peinado y Maquillaje.

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