¿Existe un mejor plan que celebrar un día patrio en familia? Comer cosas ricas, caseras, y beber por el recuerdo de aquellos hombres que se animaron a forjar un país independiente. La propuesta es tan sencilla como suculenta. Empanadas criollas y locro para empezar, aunque en algunas casas posiblemente no falte la tradicional picada.
La clave del encuentro estará en el locro, ese guiso de origen prehispánico -no es argentino- que se elabora a base de zapallo, maíz y porotos. Con el tiempo se le fueron agregando innumerables ingredientes, como carnes (cerdo y vaca, panceta, chorizo colorado), y un toque de salsa picante de autor y a gusto. Más allá de los secretos que cada persona tenga en su preparación, es innegable que se trata de un ícono de las comidas autóctonas que acompañan a los habitantes de este suelo desde hace más de dos siglos. Y además, es un plato de cuchara ideal para disfrutar cuando los primeros fríos invernales asoman.
Para elegir vinos que estén a la altura de este menú patrio, hay que pensar en la comida, pero también en la diversidad de comensales que seguramente rodearán la gran olla del popular guiso. Así, para recibir a los invitados, hay que tener a mano un blanco fresco, rico y nacional como lo es el Torrontés; que además de cautivar con sus perfumes florales, va muy bien con la picada.
Una vez en la mesa y con el locro en frente, hay que servir un vino que permita saborear todos los matices (texturas y sabores) del guiso, y que a su vez refresque el paladar. Acá puede ser un blanco de cuerpo firme, un rosado vibrante y consistente. Con respecto a los tintos es convenientes que no sean pesados, sino de buen volumen, paso ágil y, sobre todo, refrescantes; porque la estrella es el locro. Por eso hay que optar por los modernos y equilibrados, a base de Pinot Noir, Malbec, Merlot o Cabernet Franc.
Con este menú y estos vinos sugeridos se puede quedar como un prócer ante la familia y amigos
Picada
El Relator Sauvignon Blanc 2015 - Relator Wines, Agrelo, Mendoza - $145
Sus aromas son directos, limpios y bien herbales. De paladar fresco, poco profundo y algo vegetal al final, marcado pero agradable.
Colomé Torrontés 2015 - Bodega Colomé, Colomé, Salta - $140
Un blanco con toda la personalidad y frescura del varietal. Moderno, fragante y vivaz, con ese carácter floral único del Torrontés, y sus amargos bien contenidos sobre el final de boca. De paso consistente y profundo, se luce tanto en la buena mesa como solo. Tiene gracia y con el paso de las cosechas es uno de los pocos exponentes capaces de dominar sus ímpetus naturales sin relegar personalidad.
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