arteBA: las claves para entender una edición histórica

La feria de arte contemporáneo volvió a deslumbrar al público. Hubo récord de adquisiciones, obras de 400 artistas y la recorrieron más de 80 mil visitantes. Cuáles son los desafíos hacia el futuro

Llegó a su fin la edición 25 de arteBA.

, por la que desfiló durante la última semana un sinfín de artistas, personalidades, curadores y galeristas, famosos y celebridades. Fue sin dudas una fiesta de la cultura, que demostró una vez más que el arte está de moda, y que está muy bien que así sea.

Además, se probó de nuevo el estrecho vínculo entre los jóvenes y el arte, con una gran cantidad de artistas emergentes, y un creciente público de menor edad, que llegó al predio de La Rural gracias a una fervorosa difusión en redes sociales, en especial por Instagram y Twitter. Y como si esto fuera poco, fue declarada de interés cultural por la Legislatura porteña.

En esta edición, las buenas noticias son varias: un récord de 23 museos y empresas adquirieron un total de 53 obras para sumar a colecciones, y hubo más de 80.000 visitantes. Acudieron a esta celebración desde artistas consagrados como a href="http://www.infobae.com/2016/05/19/1812553-arteba-abre-sus-puertas-al-publico-la-gran-feria-del-arte-argentino" rel="noopener noreferrer" Marta Minujín/a y Julio Le Parc, hasta firmas más jóvenes como Leandro Erlich, mecenas y empresarios como Eduardo Costantini y Alan Faena, figuras como Sofía Zámolo, Andrea Frigerio y Verónica Lozano, y la Primera Dama en persona, Juliana Awada, que paseó por la feria el día del pre opening y le compró a Jorge Mara una obra de Juan Lecuona, incitando de esta manera a que la gente apueste por más arte.

Con una cantidad de obras expuestas exorbitante, realizadas por los 400 artistas que se distribuyeron por 85 galerías que compusieron las secciones de arteBA, es una tarea más que complicada catalogar cada una y tratar de compararlas en cuanto a calidad, valor artístico y trascendencia. Sin embargo, algunas piezas se destacaron por encima de otras, como suele ocurrir en estos eventos, y fueron algunas de las más convocantes.

Matías Duville sin dudas dio de qué hablar con su espectacular y colosal instalación que se ubicó en la sección U-Turn Projects Room By Mercedes Benz. Tomás Saraceno también fue uno de los nombres que más circularon entre los concurrentes. El tucumano que vive en Berlín realizará el año que viene una muestra en el Museo de Arte Moderno.

Sin embargo, se podría asegurar con toda certeza que el invitado estrella fue Leandro Erlich, con su obra "Ascensores". En esta pieza que cobra vida gracias al público que se convierte en actor, el espectador se encuentra en un pasillo de elevadores, tan ordinarios como cualquiera. Pero al entrar, todo cambia. La ausencia de espejos en el centro permite que puedan interconectarse, por lo que los tres de cada lado se vuelven uno. Cuando entra otro espectador, el reflejo propio que uno instantáneamente espera ver, se convierte en el reflejo del otro.

Otra de las obras más convocantes -y que se ubicó en espacio semi-público- fue la reconstrucción del mural de Kenneth Kemble. El mural original había sido realizado en 1960, durante la Exposición Internacional del Automóvil en la Sociedad Rural Argentina. Con este gran proyecto, el Museo de Arte Moderno y el Distrito de las Artes homenajearon a Kemble, protagonista en el pasaje del arte moderno al arte contemporáneo en el país.

En estos 25 años, más de 8.800 artistas y 1.800.000 visitantes (sin contar las cifras de esta edición) pasaron por arteBA. Hubo más de 2.250 participaciones de galerías y 100 adquisiciones de museos y empresas impulsados por esta fundación. Sin dudas, arteBA se convirtió en una institución de la que todos quieren ser parte. Y este año se probó una vez más que esta feria va creciendo cada vez más, en público y en protagonismo.

En esta nueva edición de la feria, compraron, entre tantas otras instituciones, el Malba, el Museo Nacional de Bellas Artes, Muntref, el Dallas Museum of Art, y el Getty Research Institute de Los Ángeles, que se habían comprometido a recorrer arteBA y sus diferentes espacios -la Sección Principal, Special Projects, Cabinet, Dixit, Barrio Joven Chandon, Photobooth Citi, Solo Show Zurich y U-Turn Project Rooms by Mercedes Benz.-con el propósito de ampliar sus colecciones.

El espacio Chandon compró la primera obra a puertas cerradas del Barrio Joven. El artista premiado fue el tucumano Agustín González Goytía, de la galería argentina Pasto. La obra titulada "Batalla" (2015) formará parte del museo creado en la Maison de Moët Hennessy Argentina, e inauguren la feria un especial interés en arte joven, que es siempre uno de los más convocantes y que sigue atrayendo la curiosidad de todo el mundo´.

"Argentina no tiene gran presencia internacional ni políticas de diferenciación y difusión de su propia cultura", explicó en diálogo con Infobae Fernando Farina, curador de Chandon y ex organizador de Barrio Joven. "Todo lo que se genera es por iniciativa particular. arteBA, para bien o para mal, es como una nave insignia a nivel local –es la muestra más significativo de artes visuales-, y también a nivel internacional. Esto habilita a que se sigan generando cosas. Hay que tratar de que los propios espacios de arte participen a nivel internacional, por lo que sería fundamental el desarrollo de políticas de arte".

Por lo tanto, todavía hay mucho por hacer, y varios muros por derribar. "La feria de arteBA también tendría que ser un ámbito de enseñanza, lo que ahora es muy difícil ya que es un proceso, y también tendría que aceptar más galerías. Hay mucha gente relevante en el ambiente que falta. De todas maneras, arteBA es una fiesta", aseguró Jacobo Fiterman, orgulloso fundador de la feria. Según Alejandro Corres, otro de los fundadores de arteBA y su primer presidente, Open Forum es un lugar de excelente contenido educativo con directores, curadores y artistas. "Es un importantísimo lugar de enseñanza. Se busca que no sea estrictamente comercial, sino que sea que sea un ámbito cultural de encuentro."

Las opiniones son variadas, pero el objetivo es el mismo: lograr posicionar el arte argentino a nivel global, y lograr que arteBA sea el contexto perfecto para ello. En parte se viene consiguiendo, pero el próximo desafío es alcanzar una cifra de ventas con montos altos, para darle al arte local el empujón que se merece e incentivar de esta manera una industria que debe desarrollarse.