Entre la pesada "herencia" que dejó el gobierno anterior está la ya famosa operatoria de dólar futuro, por la cual está procesada (entre otros funcionarios) la ex presidente Cristina Elisabet Kirchner. Y si bien el gobierno actual ya canceló gran parte de esos contratos, aún resta pagar USD 4.000 millones entre los meses de mayo y junio. Son los últimos dos meses en los que corren los contratos pactados por el ex presidente del Banco Central (BCRA), Alejandro Vanoli, a un valor irreal, que costó alrededor de $50.000 millones al Estado (si bien estimaciones privadas ya hablan de que será de $70.000 millones).
A fines de este mes caerán parte de estos vencimientos, mientras que el último tramo será a fines de junio. Los USD 4.000 millones que vencerán en total representan el 25% de la posición total en futuros al momento de levantarse el cepo. O sea, cuando llegó Federico Sturzenegger al Central se encontró que la administración pasada había regalado contratos de dólar por USD 16.000 millones.
La gravedad de la operatoria se potenció cuando el actual gobierno sinceró y unificó el mercado cambiario y llevó la paridad a 14 pesos. Hay que tener en cuenta que Vanoli había pautado un dólar promedio de $10,50 en los contratos de futuro. O sea, se comprometía a pagar la diferencia entre ese $10,50 y lo que valiera en el mercado en el momento de vencer el contrato.
Lo que hará el Banco Central este fin de mes y el siguiente es pagar en pesos la diferencia entre el precio "ficticio" que pautó Vanoli y la cotización actual del dólar. La diferencia se paga en pesos contantes y sonantes, nunca se ponen dólares sobre la mesa. Pero siempre los fines de mes generan más tensiones cambiarias para que el dólar suba y así se agigante esa brecha.
Debido a eso es que el Central pudo comprar muchos dólares este mes, justamente para utilizarlos cuando aparezca el aluvión de inversores con pesos en el bolsillo buscando un alza del tipo de cambio para ganar con esa diferencia. El BCRA lleva comprados en mayo USD 1.100 millones, por lejos el mes más lucrativo para la entidad.
En abril había terminado con un saldo comprador de USD 300 millones y en marzo de USD 170 millones. El mayor ingreso de dólares financieros y la estacionalidad de la liquidación de la soja, permiten que el Central transite estos meses con holgura cambiaria.
De hecho, la apreciación del peso es algo que intranquiliza a las autoridades del Central. Por eso pusieron un freno a los inversores del exterior que compran Lebac y, muy próximamente, volverán a poner el encaje al ingreso de capitales de corto plazo. Ese mismo instrumento estuvo en el pasado y había sido eliminado por el macrismo. Pero ahora con la entrada de dólares de corto plazo, los llamados "golondrinas", en el directorio del BCRA están pensando cómo frenarlos.