Cartagena de Indias, joya de la arquitectura colonial del Caribe colombiano, recibió con pompa este domingo las cenizas de Gabriel García Márquez, en un claustro cercano a la casa que el premio Nobel tenía en la ciudad.
"Es una alegría mezclada de tristeza, pero más de alegría que tristeza por ver a su hermano llegar donde ha llegado Gabito sólo puede dar alegría", comentó Rosa Aida García Márquez, de 85 años, cuarta de los 10 hermanos y hermanas que tenía el premio Nobel de literatura.
El Claustro de la Merced, ubicado a unos 100 metros de la casa familiar, frente al mar, centralizó la ceremonia de homenaje al escritor, fallecido a los 87 años, el 17 de abril de 2014, en Ciudad de México, donde vivía con su esposa Mercedes Barcha.
Mariposas amarillas enormes, un símbolo del realismo mágico que esgrimía en sus obras "Gabo" -cariñoso apodo del autor de "Cien años de soledad"-, adornaban los árboles del Claustro.
"Es un honor que la ciudad de Cartagena organice un evento así. Estamos muy felices, muy contentos", declaró Gonzalo García Barcha, uno de los hijos del escritor. García Barcha, que llegó esta semana de Francia, donde reside y trabaja como diseñador, explicó que hubo familiares ausentes pues "todos los que querían venir no lo pudieron hacer", incluyendo a su hijo, que "prepara el bachillerato en París".
En el acto, el escritor y periodista colombiano Juan Gossaín, que tomó la palabra por invitación de la familia de Gabo, r
, ciudad en la que no solo vivió y trabajó sino que fue una fuente constante de inspiración para su obra.
"Él mismo quiso que fuera así, me lo contó de su propia boca y jamás se lo he contado a nadie, nunca he escrito esa historia ocurrida hace más de 20 años", dijo. Gossaín añadió que por allá en los años 90, cuando pensó en instalarse en Cartagena, habló con Gabo para pedirle que le vendiera un apartamento que el nobel tenía en la llamada Ciudad Heroica, y el escritor le contestó con un no rotundo.
"La gente sabe que a mí me gusta Cartagena y me gustaría que me entierren en Cartagena", dijo entonces García Márquez a su amigo, según relató.
Durante la ceremonia, actores y cuadros vivientes incluidos en "El amor en los tiempos del cólera", fueron desplegados bajo los arcos del claustro.
Los dos hijos de "Gabo", Gonzalo García Barcha, y su hermano cineasta Rodrigo, que vive en Estados Unidos, descubrieron ante el público el busto de bronce de su padre, creado por la artista británica Katie Murray y erigido en el corazón del claustro.
La ceremonia terminó al anochecer con tiros de cañón disparando miles de mariposas amarillas de papel crepé.
El hecho de que sus cenizas descansen en Cartagena, sin embargo, no parecía conseguir apoyo unánime. Algunos asistentes opinaban que el homenaje debió ser en Aracataca, el pueblo natalicio del escritor que sirvió de inspiración para muchas historias, mientras que otros creían que sus restos debían permanecer en México, país donde pasó muchos años de su vida.
De su lado, el presidente colombiano Juan Manuel Santos, quien ha calificado a García Márquez como el "más grande colombiano de todos los tiempos", finalmente no estuvo entre los asistentes, como se había anunciado previamente.
García Márquez, que describía el periodismo como "el mejor oficio del mundo", era también un ferviente defensor de las víctimas de las dictaduras latinoamericanas y admirador de la revolución cubana, lo que le fue reprochado, igual que el hecho de no vivir en su país, desgarrado desde mediados del siglo XX por el conflicto armado más antiguo de América.