Los vehículos autónomos que aseguran poder prescindir de un conductor al volante son protagonistas de incontables artículos periodísticos en medios de todo el mundo. Gigantes tecnológicos como Google y Uber y fabricantes de automóviles como Fiat Chrysler y Ford anticipan un futuro relativamente cercano en el que ya no tendremos que estar al mando del vehículo.
Pero más allá del optimismo generalizado tanto de la industria como de medios especializados y el público en general, los costos actuales que implicarían poner esta tecnología en un vehículo para que pueda circular en la calle, más las trabas legislativas por parte de gobiernos locales y nacionales quienes todavía no se sienten del todo seguros en poner millones de vidas humanas en manos de robots, hacen que la masificación de los automóviles sin conductor todavía esté cuando menos a un lustro de distancia.
Sin embargo el panorama no es del todo negativo. Ejecutivos de la start-up Otto, compuesta en su mayoría por ingenieros que formaron parte del programa de vehículos autónomos de Google, aseguran que la industria del transporte comercial de larga distancia será la primera en adoptar la tecnología autónoma en camiones de carga.
Si se tiene en cuenta que, según cifras del Departamento de Transporte de los EE.UU. cerca del 10% de los accidentes viales en rutas del país fatales involucran camiones de gran porte, las aparentes ventajas de prescindir de conductores, los cuales en muchas ocasiones manejan cansados e intentan hacer horas extras para poder generar más dinero, saltan a la vista.
Mercedes Benz presentó recientemente su visión del camión del futuro, su "Future Truck 2025" el cual cuenta con un sistema de piloto automático que permite al conductor descansar o dedicarse a otras tareas mientras el camión hace todo lo necesario para llevar la carga a destino de manera segura y eficiente.
Hoy día alrededor de tres millones de personas trabajan a tiempo completo como conductores profesionales de camiones de larga distancia en los EE.UU. y sin dudas la implementación de este tipo de tecnologías será rechazada en primera instancia, pero en definitiva en el mediano plazo los beneficios en seguridad vial y el consecuente apoyo del público general ayudarán a inclinar la balanza a favor de los vehículos autónomos.