Running y yoga, el combo de entrenamiento más completo

La disciplina oriental permite aprovechar al máximo todos los beneficios de correr. Además previene lesiones, ayuda a relajar y oxigenar el cuerpo

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Entre los fanáticos del running es común escuchar la queja sobre la poca elongación que tienen, o la dificultad de encontrar un tiempo para relajar los músculos tras la exigencia física.

Al parecer, para evitar lesiones, así como para correr más y mejor, lo ideal es combinar el running con entrenamiento de fuerza, resistencia, estiramientos, trabajo postural, equilibrio y, si es posible, relajación. Pero, ¿quién tiene tiempo para realizar semejante rutina física?

Es entonces que la práctica del yoga aparece como respuesta, porque es uno de los sistemas de acondicionamiento físico y mental más completos que existen.

La práctica del yoga se presenta como uno de los sistemas de acondicionamiento físico y mental más completos que existen

Para empezar, la respiración, clave en el buen desempeño corredor, es también el pilar de esta disciplina oriental y una potente herramienta que ayudará a oxigenar las células así como a aumentar el tono vital. En yoga se realizan diferentes prácticas respiratorias (pranayamas), que incluyen desde respiraciones intercostales hasta la potente respiración Ujjayi o de los océanos. La respiración yogui, consciente y natural, mejora la capacidad respiratoria y proporcionará control mental en el running.

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Otro punto esencial -y bastante descuidado en el running- son los pies, que reciben el impacto de dos a cuatro veces el peso del cuerpo. El yoga se practica ¡descalzo!, estirando y expandiendo los pies. De ese modo se los fortalece y masajea, lo que ayudará a evitar lesiones y, además, resulta muy placentero.

Descuidados en el running, donde se fortalece, tonifica y moldea las piernas, los brazos no se ejercitan, salvo que la persona haga rutinas complementarias de fuerza. Practicar yoga tonifica cada músculo del tren superior con el propio peso corporal. De ese modo, se ayuda a fortalecer y estilizar los brazos.

En contrapartida, los isquiotibiales suelen ser unos de los músculos más "castigados" en los corredores y la causa de muchas lesiones y dolores de espalda. En yoga existen muchas posturas para estirar a fondo estos músculos. Esto permitirá también que los glúteos asuman su "papel protagonista" en la carrera.

Las posturas ayudan a oxigenar la sangre y liberar toxinas

Por último, el trabajo muscular, de flexibilidad y postural del yoga compensa el impacto típico que padece el runner. La corrección postural se transferirá a la postura al correr. Así se logra utilizar correctamente la musculatura estabilizadora, restándole peso e impacto a las piernas y columna.

Y las asanas (posturas de yoga) invertidas suponen un auténtico "drenaje linfático" para las piernas. La práctica de yoga, sobre todo en el caso de los estilos en movimiento, generan una gran activación del flujo sanguíneo en las extremidades y en todo el cuerpo. Esto favorece el corazón, mejora el retorno venoso, previene problemas vasculares y alivia, en general, el tren inferior.