La virtual candidata por el Partido Demócrata, Hillary Clinton, conoce con detalle los pormenores de una campaña electoral y las estrategias para captar la ecuación mínima ganadora, sin embargo el vertiginoso día a día de una carrera presidencial esconde desafíos por enfrentar a cada paso y la esposa del ex presidente de los Estados Unidos no está exenta de esos obstáculos.
En el camino a ocupar una de las sillas más importantes de la política mundial, no alcanza con superar las instancias electorales, también es necesario sortear problemas imprevistos y, en muchos casos, reconstruir la imagen dañada por antiguas derrotas
Un obstáculo al interior del partido
La nominación del candidato a la presidencia que represente al Partido Demócrata tendrá lugar el 25 de julio en Filadelfia. Para entonces, Hillary espera tener los 2.383 delegados que le aseguren el lugar. Pero Bernie Sanders resultó ser un rival mucho más difícil de los esperado.
El demócrata que se autodenomina "socialista" sorprendió con los resultados obtenidos en las primarias, todavía inconclusas. Sanders logró una visibilidad sin precedentes para un candidato que basó su campaña en la austeridad y que salió a la contienda contra políticos que cuentan con grandes apoyos económicos como Hillary, o incluso contra multimillonarios como Donald Trump.
El último martes, en la elección del estado de West Virginia, Bernie Sanders superó a Clinton en más de 20 puntos. En la semana previa, el senador por Vermont dejó en claro su posición de continuar en la contienda. "La campaña de Clinton piensa que esto se terminó, pero están equivocados" declaró Sanders a sus seguidores.
"Acercamos a millones de personas al proceso político" dijo Sanders en referencia a su enorme aceptación entre los votantes más jóvenes, "y voy a hacer todo lo posible para asegurar que en noviembre, haya una enorme participación".
Hillary y su equipo de campaña confiaron su estrategia en que Sanders se bajaría de la contienda al ver que el Partido Republicano ya tiene un claro nominado, y uniría sus fuerzas a la demócrata, pero esto no sucedió, y Clinton debe batallar en dos frentes simultáneos: contra Donald Trump y Bernie Sanders.
La cuestión de género
"Ustedes saben, ella está jugando la carta de que es una mujer" les dijo Trump a sus seguidores en Spokane, estado de Washington. "Si ella no jugase esa carta, no tendría ninguna oportunidad de ganar, es decir, cero chances" aseguró el magnate.
Las duras palabras de Trump reflejan otro de los obstáculos que Clinton debe enfrentar desde el comienzo de la carrera presidencial, la cuestión de género y la dificultad que tuvo históricamente el país, hasta el momento, al intentar elegir una presidente mujer.
La brecha de género en el acceso al poder en EEUU no es un secreto y fue motivo de investigación de varias universidades y de denuncia por parte de asociaciones por la equidad de derechos. En momentos electorales, la incidencia de voto en ese país indica que los electores se inclinan siempre por candidatos de sexo masculino por considerarlos "mejores" y "más aguerridos" para llevar adelante la política de defensa tan importante en la estructura norteamericana.
Hillary deberá sentar las bases de su propuesta legislativa en la convención y triunfar sobre sus adversarios para convertirse en la sucesora de Barack Obama
En el año 2008, durante la primera campaña presidencial en la que se presentó Hillary, las primarias coronaron como ganador a Barack Obama, quien luego se convirtió en el primer presidente afroamericano de Estados Unidos.
Hillary utilizó un dato histórico al lanzar su campaña cuando se refirió a Victoria Woodhull, la candidata de 33 años que fue nominada a la Casa Blanca por el Partido por la Igualdad de Derechos en mayo de 1872 y medio siglo antes de que las mujeres obtuvieran el derecho a votar en EEUU. Con esa referencia recordó que las mujeres buscan desde hace tiempo presidir el país.
En este aspecto, la candidata demócrata puede obtener ventaja ya que los sondeos de su partido indican que alrededor del 70% de las mujeres norteamericanas tienen una imagen negativa de Trump. Superar ese karma histórico y convertirse en la primera mujer presidente de EEUU puede colocar a Hillary en un lugar privilegiado en la historia.
La justicia y el FBI
Otra cuestión que preocupa a la ex secretaria de estado es la investigación que realiza la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) sobre un presunto acto ilegal durante su trabajo como secretaria de estado. El FBI recuperó una serie de e-mails enviados desde el servidor y la computadora privada de Clinton donde se filtra información clasificada para esconder el ataque terrorista al consulado norteamericano en Benghazi, Libia, donde murieron cuatro estadounidenses.
Esos correos electrónicos fueron eliminados por la candidata demócrata para evitar que esa cuestión afecte a su campaña, sin embargo la situación salió a la luz y el escándalo creció. La justicia investiga a Clinton por utilizar información confidencial del estado sin autorización y comprometer la seguridad nacional.
Clinton debe batallar en dos frentes simultáneos: contra Donald Trump y contra Bernie Sanders
La violación del artículo 18 del código penal norteamericano, sección 1001, incluye la prohibición de ejercer presión sobre sectores para conspirar en el encubrimiento de actos ilegales y el resultado puede ser de hasta cinco años de prisión. La justicia puede citar a Clinton para que de explicaciones y anular su candidatura presidencial.
Hillary deberá sortear estos obstáculos, sentar las bases de su propuesta legislativa para ganar la definitiva nominación demócrata y luego triunfar sobre sus adversarios si pretende convertirse en la sucesora de Barack Obama.
La batalla por el Salón Oval
Gran parte de los analistas políticos, medios de comunicación y público interesado en general creyeron que la carrera de Donald Trump sería breve por sus comentarios xenófobos, el ataque a minorías importantes del país como los latinos, la idea de crear un muro contra los inmigrantes y de prohibir a los musulmanes. Pero sucedió todo lo contrario y la extravagante figura del mediático empresario alcanzó el primer lugar en su partido para competir por la presidencia.
Al comienzo de su campaña, Clinton confrontó ideas con otros pre candidatos republicanos como Marco Rubio y Ted Cruz quienes, según las proyecciones, podían vencer a la candidata demócrata en una hipotética contienda. El destino, sin embargo, reveló otro escenario político y la ex secretaria de estado debió cambiar sus tácticas para apuntar hacia Trump.
En el virtual enfrentamiento entre Clinton y Trump, los números estimados daban como clara ganadora a la candidata demócrata, pero una encuesta realizada por la agencia de noticias Reuters y la consultora Ipsos arrojó datos preocupantes para el equipo de campaña demócrata. La contienda por la presidencia de los Estados Unidos puede resultar más difícil de lo esperado.
Desde el dramático giro en la interna del Partido Republicano. donde Trump quedó sin ningún rival interno, la intención de voto por él ascendió de forma inimaginada. Los resultados de esa encuesta pronostican una batalla peleada entre Clinton y Trump para el 8 de noviembre en las elecciones generales.
En la última semana, Clinton superaba a Trump por casi 13 puntos pero en los recientes sondeos el 41% de los votantes apoya a la candidata mientras que el 40% de los electores apoya al magnate republicano, a ese porcentaje se le agrega un 19% de indecisos que son el objetivo a captar por los dos candidatos. En otros sondeos especializados como RealClearPolitics, la distancia entre ambos es de sólo 7 puntos.
Hillary Clinton ataca a dos ejes fundamentales del discurso de Trump: su racismo y sus ideas económicas que pueden afectar a los sectores más pobres del país. En su cuenta de Twitter, la candidata se expresa constantemente en contra de su rival con frases como "un plan de impuestos escrito por millonarios, para millonarios", en referencia a las propuestas de Trump. También lo hace en español para diferenciarse de su rival y llegar al voto hispano.
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