La información sobre qué, cómo y cuándo comer a veces resulta contradictorio. Es que una dieta para adelgazar no debería descuidar aspectos clave de la salud. Y el cuidado del sistema inmune es uno de ellos.
En este contexto aparece la inmunonutrición como una práctica médica basada en la administración de ciertas sustancias nutritivas (arginina, ácido glutámico, zinc, magnesio, ácidos grasos poliinsaturados, etc) que, se espera, tengan además del efecto nutritivo, una acción terapéutica sobre el paciente durante los días anteriores y posteriores a una cirugía, con el fin de mejorar su respuesta inmunológica, la cicatrización y el proceso de recuperación en general.
Ocurrió que cada vez más, estos principios fueron saliendo de las cuatro paredes del hospital, y se comenzaron a aplicar en la vida diaria de las personas. Es que por la complejidad de la sociedad actual, y las exigencias cada vez mayores que se tienen, el cuerpo está expuesto a altos grados de estrés sostenido (semejante en algunos aspectos a los de las cirugías), los cuales pueden afectar el sistema inmunológico y, por ende, exponernos a enfermedades.
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