La redada ordenada ayer a la división Sustracción de Automotores de la PFA por el Juzgado Correccional N° 11 del doctor Luis Alberto Schelgel en un taller de la avenida Larrazábal al 1900 en el barrio de Mataderos arrojó, básicamente, un valioso montón de metal. Se incautaron cuatro motores, 26 puertas delanteras y traseras, radiadores, bastidores para motor cigüeñales, espejos, faros traseros, casi 40 ruedas armadas. En total, más allá de los vehículos, se encontraron más de 140 autopartes. Ponerle el precio a este lote tomará tiempo.
Hubo una particularidad, clásica del robo de autopartes contemporáneo: la gran mayoría de los números de serie originales estaban limados. La banda que controlaba el taller tenía una serie de cuños con letras y números para adulterarlos y crear nuevos. Había también autos enteros en el taller: un Chevrolet Corsa rojo con el número de chasis limado, un viejo Fiat Uno amarillo y un BMW cuyos números de motor y de chásis no coincidían.
El destino de algunos de estos autos no era la calle común, sino el autódromo Gálvez, presuntamente para las carreras de Turismo Internacional de este fin de semana. Un motor Chevrolet encontrado en el lote tenía a simple vista un número que no era el de fábrica. También hubo reencuentros con el pasado, por así decirlo: tres de las puertas encontradas correspondían a un Nissan denunciado por robo en 2010 y con el correspondiente pedido de secuestro, un hecho que investigó la Fiscalía N° 37. No hubo ningún detenido; el lugar estaba desierto.
La capacidad de contar del personal de Sustracción de Automotores ya había tenido una prueba mucho mayor. El 23 de marzo último, por orden del Juzgado Correccional N°8 en un local llamado "Autopartes Dacat" en la avenida Eva Perón al 4600, Villa Lugano.
En el lugar, se detuvo a su principal responsable, Ramón Ocampo, de 60 años. Tenía más de 3 mil autopartes, en total, una de las listas más completas del mercado de ilícitos en total, valuadas en $4 millones de pesos. No solo no tenía la habilitación del GCBA para funcionar como local, sino también que carecía de la autorización del Registro Único de Desarmaderos, el RUDAC, que regula la actividad bajo la Dirección de los Registros Nacionales de Propiedad Automotor del Ministerio de Justicia. Muchos de los repuestos no tenían sus correspondientes obleas; había puertas en perfectas condiciones pero sin sus cristales. Entre todo el metal, se encontró una chapa de un viejo Fiat Spazio con pedido de captura vigente.
Una semana después de entrar a "Autopartes Dacat", Sustracción de Automotores llegó a un taller de chapa y pintura sobre la calle Balbastro al 3300, barrio de Flores, con varios autos sobre la calle, algunos ya desmantelados. Operaban el lugar dos hermanos, de apellido Lazo, a los que se pidió documentación de los vehículos que estaban a simple vista. Un Volkswagen Gol dentro del taller tenía un pedido de captura por hurto desde diciembre del año pasado. Ese fue el primer problema. Al ver a los efectivos, un hombre y una mujer en el taller se dieron a la fuga para ser atrapados: tenían órdenes de detención vigentes por homicidio y robo agravado respectivamente.
Al consultar con el juzgado de turno, el Correccional N° 7, la orden de allanar fue inmediata. El Volkswagen Gol no estaba solo; un Bora en el lugar era buscado desde mayo de 2015 por la Comisaría N°2 de Morón, con otras piezas provenientes de vehículos requeridos en San Miguel. Un poco de curiosidad reveló una gran cantidad de partes sueltas en el taller: 18 puertas, 12 capots, 13 paragolpes, 14 cristales, cuatro tanques de GNC entre otras piezas, para un total de 265 piezas, con las numeraciones limadas nuevamente como regla.
La avenida Warnes, como centro figurativo de todo lo que sirva para un auto y provenga del robo, ya cayó como mito. Los nuevos operativos hablan de un mercado fragmentado. Gabriel Iezzi, socio del estudio Iezzi & Varone, especialista en seguridad ciudadana y un conocer del mercado automotor y de seguros, analiza: "Combatir los desarmaderos es hacerlo directamente contra los robos de autos y sus delitos conexos, que en muchos casos, terminan con la vida de víctimas inocentes. Es un delito organizado, con una fuerte pirámide delincuencial. Se venden autopartes desde los desarmaderos mismos o de portales de Internet con servicio de delivery. El robo también alimenta el armado de vehículos 'mellizos' con adulteración de sus patentes, motor o chásis. Luego, existe el 'autorobo' mismo, una maniobra de fraude al seguro".
uMás allá de la General Paz/u
Para la Policía Bonaerense, el verano ya había comenzado caliente en materia de autopartes: en Necochea, un lote histórico de 80 mil piezas fue incautado en una serie de diez allanamientos a principios de enero, con seis detenidos. No existe un solo perfil para los desarmaderos en la provincia, por otra parte. El 28 de abril en la zona de Tres de Febrero, la Unidad Especial de Procedimientos Judiciales de Gendarmería incautó por orden de la UFI N° 8 de San Martín un lote de 27 autopartes y 12 vehículos en pleno procedimiento de desguazado.
Hubo un detenido, acusado de robar los autos y luego desarmarlos. En el lote, se olvidaron de limar el número de serie de un parabrisas de un Renault; resultó tener pedido de captura vigente de un juzgado en La Plata. Los otros vehículos que pudieron ser identificados ya habían sido denunciados entre 2015 y este año en comisarías de Vicente López.
San Martín era, precisamente, el principal foco de robos. La banda, con una base operativa en tres ranchos de la villa Esperanza, se dividía para robar a mano armada y desguazar y luego vender los repuestos ilegales. La actividad de larga data era evidente; detrás de las casas precarias, las carcazas de coches oxidados se acumulaban. Un mes antes, la banda de "Waldito" caía en Merlo con un operativo de la DDI local. Se trataba de multitasking, por así decirlo: "Waldito" y sus cómplices fueron acusados tanto de cometer entraderas con escopetas tumberas como de desguazar y vender los coches que robaban.
El 29 de marzo, en un procedimiento de la Policía Bonaerense con la DDI de Moreno-General Rodríguez, más de 500 autopartes y diez autos robados aparecieron en un inmueble sobre el kilómetro 81 sobre la Ruta 5, zona de Luján. La UFI N°10 de la jurisdicción estuvo a cargo del expediente. Dos detenidos fueron la primera pista, tras caer en un camión con mercadería ilegal. El galpón del kilómetro 81 parecía ser un nodo acumulador: los autos robados con pedidos de captura vigente provenían de distritos tan variados como La Matanza, Lomas de Zamora, Lanús, Ezeiza e incluso Capital Federal. Cuatro días después, una red de desarmaderos cayó en San Martín: 135 autos adulterados, 28 motos y otras 400 piezas sueltas fueron encontradas en el Barrio Libertador por la Dirección de Prevención del Delito contra la Propiedad del Automotor.
Por ese entonces, el ministro de Seguridad Cristian Ritondo ya hacía un anuncio con respecto al problema: la creación de un Registro Común de Autopartes y una ampliación de la red de captura. "Vamos a compartir el registro de ventas de autopartes y, además, aquellos lugares que se dediquen a la venta de repuestos tienen que estar autorizados en ambas jurisdicciones", afirmó.
La piratería del asfalto tradicional es otra vía de alimentación para el mercado. La regla suele ser: primero vender, luego robar. El 3 de abril, con una serie de allanamientos en Quilmes y Lobos a cargo de la UFI descentralizada N° 1 de Berazategui, la Policía Bonaerense desbarató una banda que había robado un lote de neumáticos Michelin valuado en $3 millones de pesos: 700 cubiertas nuevas que fueron halladas en su galpón en Lobos. También se les incautaron dos rifles con sus cartuchos y, para el postre, 60 cajas de bombones Ferrero Rocher.
Lo que viene en camiones desde el otro lado de la frontera también comienza a ser cuestionado. El 23 del mes pasado, la subdelegación de la localidad de Salvador Mazza de la PFA, justo sobre el límite con Bolivia, detuvo a un camionero boliviano y a otro argentino. Se los buscaba bajo órdenes del juez federal de Orán, Jorge Gustavo Montoya -quien reemplaza a Raúl Reynoso, detenido por proteger narcos- precisamente, por contrabandear autopartes de camiones.
Uno de los detenidos afirmó haber entrado al país por la zona de San José de Pocitos, un paso ilegal. Lo que llevaban escondido, evaluó después personal de AFIP convocado para tasar el lote, eran $200 mil pesos de material marca Volvo: mangueras, filtros de aire, kits de pastillas para freno, lámparas, levantavidrios, cilindros de pedal de embrague, para un total de 40 partes. También, por si se aburrían, tenían entre su carga cuatro consolas Playstation 4.
El abogado Iezzi completa: "Los promedios de los últimos años del mercado asegurador, nos indican un 0,5% de tasa de robo de vehículos, lo que tomando unos 14 millones de circulantes nos indica unos 70.000 hechos al años de hurto o robo asalto a mano armada, con un hallazgo de un 40 % de los mismos. La creación de fiscalías especializadas, en este tipo delictivo y sus hechos conexos, es una de las maneras de trabajar seriamente el problema, con mas cámaras lectoras de patentes, entre otras medidas".