Mientras Dilma Rousseff terminaba de hablar con sus simpatizantes en la puerta del Palacio de Planalto, Michel Temer asumía como presidente interino de Brasil.
El vice de la mandataria suspendida estará en el cargo más importante del Ejecutivo por un plazo mínimo de 180 días, tiempo en el que se analizará la situación de la ex jefa de Estado.
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