Durante los últimos años, Hebe de Bonafini recibió varias invitaciones para ir a ver al papa Francisco al Vaticano. Siempre las rechazó. Pero, esta vez, decidió aceptarla. "Piensa que es el momento para ir", confirmó a Infobae una fuente de las Madres de Plaza de Mayo.
La histórica militante por los Derechos Humanos ahora aguarda a que los médicos le den autorización para viajar. A los 87 años, un vuelo transcontinental resulta duro para el cuerpo. Si recibe el permiso de sus doctores, la titular de Madres de Plaza de Mayo tiene previsto partir hacia Roma a fines de este mes.
Allegados a Bonafini aclararon a este medio que todavía no está definido si su encuentro con el Papa será una entrevista privada o un saludo informal en la audiencia pública que Francisco realiza todos los miércoles. Eso se definirá una vez que los médicos determinen si podrá realizar el traslado.
La información fue publicada este martes por el prestigioso editor del diario Clarín Ricardo Roa, quien marcó en su columna el contraste de criterios que ha mostrado su Santidad con respecto a figuras del kirchnerismo, a la que suele recibir con cariño, y las del PRO: "A los ojos de Francisco, el de Macri es un gobierno para ricos".
Años atrás Bonafini repetía a diario insultos contra el entonces cardenal Jorge Bergoglio. Por ejemplo, en 2007 lo comparó con la dictadura y lo tildó de "fascista", un año después montó un baño con un balde detrás del altar de la Catedral Metropolitana y cuando fue elegido como Papa abundaron las críticas.
Hebe esbozó un arrepentimiento con una carta pública en la cual aseguró que no conocía su trabajo en las villas. Sin embargo, incluso en ese texto se preguntó: "¿Dónde estaba Dios cuando arrojaban vivos a nuestros hijos al mar?"
La visita de Bonafini al Vaticano se empezó a negociar el año pasado. La titular de la organización de derechos humanos confesó en público que el Obispo de Roma la había invitado en varias oportunidades a un encuentro privado.
En una de las históricas rondas que realiza cada jueves alrededor de la Pirámide de Mayo, la titular de las Madres contó: "Le pido varias cosas que, si él las hace, yo voy a ir". Sus solicitudes incluían que "reconozca que la Iglesia tuvo mucha participación en la represión" de la última dictadura y que "haga una misa por todos los sacerdotes y las monjas del tercer mundo desaparecidos en Latinoamérica".
Este año hubo un gesto de la Santa Sede que pareció escuchar parte de los pedidos de Hebe. El Vaticano anunció que desclasificará archivos secretos de la dictadura argentina. La decisión fue tomada con escepticismo porque según creen en Madres podría haber material que fue quemado o que nunca verá la luz.
"El Papa amplio y reformista afuera se comporta como un Papa estrecho y conservador dentro. Como Papa conduce a todos. Como peronista a una parte. Y a cinco meses de gestión, recibir a Bonafini es como hacerle la cruz a la mayoría, que votó por el macrismo", analizó Roa en su editorial.
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