¿Coleccionista o acumulador ? Cuando guardar se vuelve patológico

Un reciente sondeo mostró que el 74% de los argentinos "colecciona" objetos que luego no utiliza. Una especialista dio claves para saber cuándo la dificultad de deshacerse de algo se convierte en un problema

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Porque la moda es cíclica y ese abrigo siempre puede volver a usarse. Porque los zapatos y carteras nunca son suficientes. Porque siempre viene bien sumar un objeto de decoración para la casa. O porque ese baúl de la abuela tiene tanto valor sentimental que es imposible deshacerse de él.

Sobran los motivos. Están los que juntan camisetas y banderines de fútbol de cada club que se visite en el mundo. Herramientas que no saben siquiera el uso que tienen pero alguna vez pueden ser necesarias.

Según gustos (y aficiones) personales, cada persona puede guardar un sinfín de objetos que poca utilidad tienen en su vida diaria, pero que "da pena" descartar.

Ropa, libros, calzado, cuadernos escolares y estudios médicos son algunas de las cosas que la gente más acumula

Y sobre ese supuesto se basó un estudio realizado por la consultora de investigación de mercado TrialPanel, que analizó cuán acumuladores son los argentinos, qué acumulan y por qué no pueden desprenderse de los objetos que no usan.

El 74% de las personas que participaron en la encuesta afirmó que frecuentemente guarda cosas que luego no utiliza. Siguiendo esta línea, el 80% manifestó resultarle difícil deshacerse de cosas en desuso.

En relación a la frecuencia con que realizan una limpieza para librarse de aquello que ya no emplean, el 90% afirmó hacerlo al menos una vez al año: 9 de cada 10 los encuestados declararon entregar a algún familiar, persona necesitada o iglesia, las cosas que ya no usan.

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Al indagar sobre aquello que más cuesta desprenderse, el ranking lo encabeza la ropa (con el 65% de las menciones), y esto porque 8 de cada 10 afirma guardarla "por si vuelve a ponerse de moda". Le siguen los libros (51%); boletines, cuadernos escolares, trabajos prácticos (43%); calzado (42%); estudios médicos (37%) y envoltorios, como cajas de regalo o bolsas de cartón (36%).

Los principales motivos por los cuales guardan estos objetos son: porque creen que en algún momento pueden llegar a utilizarlos (81% de las menciones), porque les trae algún recuerdo (49%), porque es algo que está roto y creen que van a arreglarlo (29%) y porque son de un ser querido (28%). Los lugares elegidos para guardar estas cosas de más son los placares y roperos (con el 75% de las menciones), cuartos del hogar que no tienen un uso específico (43%) y el lavadero (21%).

Por último, indagaron por aquellas cosas que suelen tenerse en la casa y no se les da ningún uso. En este caso, los tres ítems más mencionados fueron las cintas VHS, cassettes y CDs (55%); los manuales de instrucciones de aparatos que ya se conoce el funcionamiento; y libros viejos (52%). Le siguieron las recetas de comidas impresas (43%), las revistas (39%) y los clásicos sobres de ketchup, mostaza, mayonesa o salsa de soja que suelen venir con los deliveries (33%).

Ahora, ¿cuál es la causa de es particular capacidad para acumular objetos que raramente se vuelven a utilizar?

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La médica psiquiatra y psicoanalista Mónica Favelukes, secretaria general de la Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados (Aeapg), explicó a Infobae que "la tendencia a acumular objetos se presenta en un continuo que va desde la normalidad hasta un extremo patológico".

Coleccionar puede ser placentero cuando se puede elegir qué preservar y qué no, distinción que es absolutamente singular para cada uno. Para el que colecciona, el objeto está cargado de valor.

"Se vuelve patológico cuando es compulsivo: la incapacidad para desprenderse de los objetos es incontrolable -detalló-. Se guardan cosas inútiles, en forma caótica y excesiva, la casa se transforma en un depósito, hasta un punto en que toda la vida diaria puede estar tomada por el problema, y no se puede ni siquiera comer, dormir ni limpiar, o andar por los cuartos".

Tras asegurar que "aparece malestar por no poder evitar la acumulación, y también angustia que no se puede manejar si la familia intenta tirar algo", Favelukes remarcó que "estas personas sufren en soledad y calladamente". En los casos extremos puede ser incapacitante y deteriorar la calidad de vida.

Es un tema muy complejo y hay que tener mucha cautela, porque ellos pueden no tener conciencia de la enfermedad. Algunas personas no se sienten anormales a pesar de que no quieren que los vean, o toquen sus cosas, y muchos menos desprenderse de ellas.

"Si bien la psiquiatría suele referirse a este problema como el síndrome de acumulación compulsiva, y se lo asocia a cuadros de obsesiones y compulsiones, es un síntoma que puede formar parte de distintas patologías: alguien con un yo muy pobremente organizado o un depresivo que vive como un duelo el desprendimiento de cada cosa –describió la especialista-. En el que acumula parece haber una gran vulnerabilidad psíquica, un gran dolor y una particular melancolía ocasionada por la pérdida".

Con respecto a cómo deben actuar los familiares y amigos recomendó que "no intenten imponer la solución, sino promover que el sujeto busque ayuda" porque si la iniciativa no surge de la persona "tras la limpieza extrema se verá que algunos meses después, todo vuelve a ser una nueva montaña de tesoros inútiles".

Estos problemas no tienen un solo origen. Para el psicoanálisis son conductas que tienen una causa psíquica, por un conflicto inconsciente. Su tratamiento se basa en la psicoterapia, y en casos graves el uso conjunto de psicofármacos.