La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) se caracteriza por un bloqueo persistente del flujo de aire. Se trata de una afección progresiva subdiagnosticada y potencialmente mortal que altera la respiración normal y que no es del todo reversible. De acuerdo a estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2012 más de 3 millones de personas murieron por esta causa, lo cual representó un 6% de todas las defunciones registradas ese año.
Ante este escenario, el doctor César Saenz, médico neumonólogo, jefe del Servicio de Neumotisiología del Hospital Ramos Mejía, señaló que se trata de "una enfermedad previsible y prevenible".
"Si se la detecta precozmente y se realizan las acciones de salud correspondientes, se le puede evitar una gran pena a todos los pacientes porque es una enfermedad progresiva si no se hace algo al respecto", agregó.
De qué se trata la EPOC
La principal causa de la EPOC es el hábito de fumar. La mayoría de los pacientes que sufren esta afección son fumadores o solían serlo. La exposición a largo plazo a sustancias irritantes para los pulmones, como el aire contaminado, los vapores químicos o el polvo en el ambiente de trabajo, también pueden contribuir al desarrollo de esta enfermedad. Según el experto, se ha demostrado además que en algunas regiones, donde se cocina con fuego a leña también puede provocar la aparición de casos asociados a la exposición al humo a largo plazo.
Antes, la EPOC era más frecuente en el sexo masculino, pero debido al aumento del consumo de tabaco entre las mujeres de los países de ingresos elevados y al mayor riesgo de exposición a la contaminación del aire de interiores entre las mujeres de los países de bajos ingresos, en la actualidad afecta casi por igual a ambos sexos.
Síntomas
Antes de la aparición de los síntomas característicos de la EPOC, los pacientes comienzan a notar una limitación en su actividad física. A partir de este momento, estas personas comienzan a experimentar "lo que se llama disnea, que es la sensación de falta de aire, en una actividad en la que antes no lo notaban. Este inicio de la sensación de fatiga es un indicador de que la enfermedad se está presentando y es un momento en el que el diagnóstico precoz es realmente importante", indicó Saenz. A medida que la enfermedad empeora, pueden hacerse muy difíciles actividades cotidianas como subir unos cuantos escalones o llevar una maleta.
La presencia de EPOC se confirma con una prueba diagnóstica llamada espirometría que mide la cantidad y la velocidad del aire inspirado y espirado. Como tiene una evolución lenta, generalmente se diagnostica en personas de 40 años o más. Esta enfermedad no se cura y es esencial dejar de fumar para prevenir la progresión de la enfermedad.
Dejar de fumar y la calidad de vida
Una de las preguntas frecuentes de quienes viven con esta afección es sobre el beneficio que podría tener para ellos abandonar el consumo de tabaco. Frente a estos cuestionamientos, de manera contundente, el neumonólogo señaló que "siempre dejar de fumar beneficia a la vida. Esto está demostrado en el tipo de vida, la calidad y los años que se agrega a la vida al abandonar esta práctica y de eso ya no caben dudas al respecto".
En cuanto a las lesiones pulmonares, de acuerdo al doctor Saenz el hecho de dejar de fumar hace que se detenga o, por lo menos, se lentifique de modo significativo su evolución. En este sentido, señaló que "dejar de fumar es la primera medida de salud que una persona que padece EPOC debe tomar".
Controles y tratamiento
Existen varios tratamientos que pueden ayudar a controlar los síntomas y a mejorar la calidad de vida de los pacientes. Por ejemplo, los medicamentos broncodilatadores pueden mejorar la disnea. Para aquellos pacientes estables que ya están medicados, es necesario que realicen un control adecuado con su médico neumonólogo tres veces al año. Esto implica la realización de exámenes espirométricos para evaluar la capacidad pulmonar y como van respondiendo a la medicación, y esxámenes radiollógicos por lo menos una tomografía computada de bajas dosis una vez al año. Esta herramienta se la utiliza porque "la mayoría de los pacientes han sido fumadores y con las tomografías se pueden detectar lesiones precoces", aseveró el doctor Saenz.
"Además de dejar de fumar, la indicación de actividad física reglada y, si es necesario, rehabilitación pulmonar, la medicación que utilizamos es medicación broncodilatadora pero su uso depende de las características del paciente. Hay personas que solo tienen disnea y que no hacen cuadros agudos febriles que se repiten varias veces al año. En estos casos solo se indican los broncodilatadores. En los grupos donde hay mucha inflamación aumento de catarro, tos y expectoración es posible que necesiten otra medicación como algunos de los antiinflamatorios por vía oral que existen actualmente, algunos antibióticos que se utilizan como antiinflamatorio y también la posibilidad de usar corticoides inhalatorios", detalló el experto.
De acuerdo al neumonólogo, este es un enfoque que se basa no solo en la espirometría sino en los síntomas y las características del paciente que se clasifican en cuatro grupos de acuerdo a su cuadro clínico y sus pruebas de capacidad pulmonar.
Prevenir las complicaciones
Al tratar con este tipo de pacientes, tanto los neumonólogos como los infectólogos, hacen hincapié en la importancia de la vacunación. En este sentido resulta clave que reciban anualmente las vacunas contra la gripe y que tengan al día su inmunización contra el neumococo.
En relación a la vacuna antineumocóccica, estos pacientes realmente merecen recibir la inmunización que se indica en niños y en los adultos mayores de 50 años que es la vacuna conjugada 13 valente, Prevenar 13, seguida de la vacuna de polisacáridos de 23 serotipos o Neumovax, al cabo de seis meses o un año.
A través de estas herramientas se les confiere protección y prevención contra algunas de las infecciones más frecuetes y severas como pueden ser la gripe y la enfermedad neumocóccica.
Desde el punto de vista de los antibióticos, es importante que este grupo de pacientes con EPOC, cuando presente un aumento de la expectoración y el catarro consulten a su neumonólogo para hacerse los estudios de control y comiencen de manera empírica con un tratamiento corto pero adecuado de antibióticos. También existen algunos pacientes que, de acuerdo al criterio del especialista, puede permanecer en profilaxis antibiótica con dosis bajas en días alternos con azitromicina o moxifloxacina.
Rehabilitación respiratoria
En los últimos años ha tomado un rol muy importante la kinesioterapia en el abordaje terapéutico del paciente. "Es fundamental. La rehabilitación respiratoria hoy prácticamente es el 'goal standard' porque a pesar de todos los medicamentos que indicábamos, veíamos que el paciente no conseguía mejorar su calidad de vida", detalló el doctor Saenz.
De acuerdo al experto, la incorporación de este tipo de herramientas terapéuticas cambió el enfoque de las personas con EPOC. "Tiene un efecto de mejoría general del estado del paciente y, por algún mecanismo que no conocemos, también tiene algún efecto antiinflamatorio", puntualizó.