El estremecedor caso del hombre que convenció a dos chicas de matar a su mamá

El imputado (28) planificó el crimen junto a una joven de 16 años y su hermana de 11, con quien mantenía una relación amorosa. La madre lo denunció por abuso sexual y en represalia, el acusado envió sicarios para que la asesinaran mientras dormía

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El 14 de noviembre de 2014, Serafina López, una ciudadana paraguaya de 33 años fue asesinada de un tiro en la cabeza mientras dormía en su casa de la villa 31 bis. Hasta ahí podría ser el breve pero crudo relato de uno de los tantos crímenes que ocurren tanto en este barrio de emergencia como en el resto de la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, detrás de este caso se esconde una historia de violencia, abuso de menores, engaño y parricidio.


Aquel día, al menos dos sicarios entraron en la vivienda de la víctima y sin mediar ningún tipo de palabra, le dispararon y huyeron. Pero lejos de terminar ahí, la investigación permitió descubrir que el hecho hizo parte de un plan debidamente orquestado por Cosme Báez, un hombre de 28 años -también de origen de paraguayo- quien usó a las dos hijas y a un sobrino de la víctima como cómplices para lograr su único objetivo: deshacerse de Serafina.


¿Qué llevó al acusado a querer matar a la mujer y por qué usó a las dos menores como sus cómplices?. Para poder desentrañar esta historia, Infobae dialogó con Deborah Huczek, abogada de la abuela de las chicas, quien está a la espera de que la justicia defina la fecha en la que comenzará el juicio oral contra Báez. El Tribunal Oral de Menores 3 de la Capital Federal será el encargado de definir el futuro del acusado. Inicialmente el comienzo del debate estaba pautado para el próximo 13 de mayo. Pero la abogada del imputado pidió su postergación, aduciendo un problema de salud personal.


Báez entabló una relación con Ruth López, la menor de las hijas de Serafina. ¿Su edad?, 11 años

Más allá de este artilugio legal que quiere llevar adelante la defensa de Báez, Huczek contó en detalle el horror que terminó en tragedia. El acusado llegó a la Argentina aproximadamente en 2012 y se instaló en la villa. Se dedicaba a la venta de droga y a robar. Tenía un importante prontuario que arrastraba de sus años en Paraguay, donde está acusado de homicidio. Incluso -reveló la abogada- sobre él pesa una orden de extradición que nunca se hizo efectiva. Pero esto no le importó y siguió adelante con su vida hasta que se encontró con la familia López.


LA HISTORIA DE UNA ENFERMIZA RELACIÓN QUE TERMINÓ EN MUERTE

Meses antes de ser asesinada, Báez entabló una relación con Ruth López, la menor de las hijas de Serafina. ¿Su edad?, 11 años. Durante ese tiempo, engañó a la menor y la violó. Le hizo creer que eran una pareja consolidada. Si bien la relación fue "consensuada", para la Justicia se trata de abuso sexual porque considera que a esa edad no cuenta con el desarrollo madurativo necesario para "consentir" un vínculo amoroso con otra persona.


Ante esta situación, Serafina tomó cartas en el asunto y trató por todos los medios de convencer a su pequeña hija del peligro al que se estaba sometiendo en su relación con Báez. Intentó interponerse, pero sus esfuerzos fueron en vano. La pequeña sufría una suerte de enamoramiento y comenzó a mostrarse más rebelde que nunca. Se escapaba. Se resistía a dejar de verlo y dejó prácticamente todo por él. Por eso su madre denunció al hombre a por abuso sexual.



En represalia, Cosme Báez comenzó a amenazar a Serafina. En una oportunidad le ordenó a varios menores de edad que rodearan la casa de la mujer para intimidarla. "Le dijeron que si no desistía de la denuncia, la iban a matar", contó la abogada a este medio. La Justicia, en una rápida decisión, resolvió iniciar un juicio por violación. Cuando por fin todo hacía suponer que su hija iba a ser rescatada, ocurrió lo peor: siete días después de iniciado el debate, Báez convenció a Ruth, a su hermana Carolina (16), al primo de ellas y su novia y a otro menor, de ser parte del plan para matarla a Serafina. Inexplicablemente accedieron y la mujer murió en su cama de un balazo en la cabeza.


De acuerdo con la investigación -que fue impulsada desde el inicio por la hermana de la víctima- Báez esperó afuera de la casa la noche del episodio. Carolina fue quien abrió la puerta para dejar pasar al primo y al otro menor, de apellido Aquino. Este último sería quien apretó el gatillo. Luego del crimen todos se dieron a la fuga. Baéz escapó junto con Ruth.


Un vecino, que vio la secuencia y se ofreció como testigo, apareció luego muerto. Se dice que fue por una pelea por un perro, pero hay sospechas de que tuvo que ver con su rol de testigo en este caso. Todo es materia de investigación.


LAS CONTRADICCIONES DE CAROLINA Y LA CAÍDA DE BÁEZ

La mayor de las hijas de Ruth está procesada hoy y acusada de ser la coautora del hecho. Pero para llegar a ese punto declaró dos veces como testigo y después ya como imputada. En un principio dijo que aquel 14 de noviembre ella había salido a bailar y que encontró a su madre muerta, pero la culpa pudo más y comenzó a contradecirse hasta que la Justicia descubrió que la joven participó del hecho. "Nunca negó su participación. Pero en sus declaraciones dijo que soñaba con su madre hasta que reveló el plan de Báez", dijo la abogada a Infobae.


Según expresó, el hombre las convenció de matar a su madre con el argumento de que así podrían vivir en paz. "Cuando ella cuenta lo ocurrido, dijo que lo hizo porque su madre les hacía la vida imposible", añadió la letrada. Carolina aseguró en su declaración que su hermana Ruth "quería sacarse de encima a la madre" y que por eso accedió al macabro plan.



Por su parte, Báez y la menor de 11 años estuvieron escondidos por más de un mes después del crimen. Según la investigación permanecieron prófugos y se ocultaron en una casilla muy precaria en un lugar conocido como la villa de los paraguayos. Allí, aseguran, habría sido violada por otros hombres. Un día de diciembre, familiares de Serafina la vieron sola a la menor en la estación de trenes de Constitución. La rescataron y dieron a aviso a la Policía. A partir de allí se dio inicio a varios operativos hasta que dieron con el paradero del delincuente. "Detenerlo no fue fácil. Se defendió a los tiros pero lo arrestaron", contó la abogada Huczek.


Desde entonces permanece detenido a la espera del juicio oral. Está acusado de homicidio agravado por alevosía y por valerse de una menor. Tanto Carolina como él podrían ser condenados a prisión perpetua. La defensa de la adolescente alega que sólo tuvo una participación secundaria y a diferencia de Báez, llegará al debate en libertad. El primo de las chicas y su novia están procesados también.


RUTH, UNA PEQUEÑA A LA DERIVA Y SIN SU FAMILIA

Hoy se desconoce dónde está la pequeña de 12 años. "Anda por la vida nada más. Es una chica de pertas de abiertas y va cambiando de novio, según lo que sabemos", contó la abogada. Al ser inimputable, sólo declaró en Cámara Gesell, pero su testimonio no es vinculante. Aunque sí sirvió para saber más detalles de lo hecho por el acusado.


Su hermana permanece en un hogar para adolescentes de Flores a la espera del juicio oral. Báez, en tanto, hasta el momento se negó a declarar. "No sabemos aún cuál va a ser la estrategia de defensa y todo lo que se conoce es por los testimonios de los imputados. Es un caso muy complejo", sentenció Huczek.


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