En las últimas décadas, la obesidad infantil creció en la mayoría de los países, convirtiéndose según la propia consideración de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en una verdadera epidemia mundial.
La sociedad del siglo XXI propone un abanico de hábitos letales para la vida sana: rutinas sedentarias, ingestas calóricas desmedidas que provocan que hoy más del 58% de la población en general sufra esta enfermedad. En el caso de los niños con sobrepeso, las cifras han crecido de 31 millones a 41 millones entre 1990 y 2014.
Ayer Jorge Rial anunció que Morena, su hija de 17 años, se realizará un by pass gástrico para "tratar esta enfermedad que puede ser mortal. Obviamente tengo miedo, pero ella está muy sana y esta operación le va a cambiar la vida como lo hizo con un montón de gente", confesó emocionado el conductor de radio y televisión.
El tratamiento contra la obesidad es un desafío continuo y creciente. Las alternativas van desde profundos cambios alimentarios y la incorporación del ejercicio. Cuando la situación de sobrepeso se agrava con el correr de los años, la farmacoterapia y la cirugía bariátrica son otras dos buenas alternativas.
El doctor Jorge Harraca (MP 8303), coordinador de la Comisión de Cirugía Bariátrica de la Asociación Argentina de Cirugía, explicó que "existen diferentes técnicas agrupadas bajo el nombre "cirugía bariátrica". Todas, realizadas a través de abordajes videolaparoscópicos mini invasivos".
"Una técnica es el conocido "by pass gástrico", la más utilizada. Se divide el estómago, dejando un pequeño reservóreo de 15 a 30 ml, conectado directamente al intestino delgado. De este modo, el alimento pasa directamente al intestino, logrando que disminuya la absorción de nutrientes que se traduce en descenso de peso", reforzó Harraca.
Lo recomendable es que la cirugía bariátrica se realice en niños que completaron su desarrollo óseo, o al menos un 90% del mismo.
"La "banda gástrica" es otra técnica que también resulta atractiva para la edad pediátrica, por ser menos agresiva, ajustable y 100% reversible. Se coloca una banda ajustable de silicona que se instala en el tercio superior del estómago, dividiéndolo en 2 partes, en reloj de arena. El estómago superior queda restringido a un volumen de alrededor de 20 ml, lo que limita y controla la cantidad de alimento ingerido, retarda el proceso de vaciamiento gástrico y determina una menor ingesta con pérdida de peso", dijo el especialista Harraca.
Los niños y adolescentes que resultan afectados por la obesidad tienen mayor predisposición que aquellos de peso normal a sufrir -a temprana edad- enfermedades que alteren su calidad de vida como la hipertensión arterial, diabetes tipo II, artritis, problemas articulares, apnea obstructiva, depresión y baja autoestima, entre otros males.
"Lo que es importante aclarar es que la decisión de implementar una cirugía bariátrica en niños o adolescentes debe surgir de la evaluación de un equipo multidisciplinario integrado por pediatras, psicólogos, nutricionistas y cirujanos", remarcó Harraca. "Asimismo, existen diferentes caminos previos que pueden arrojar buenos resultados cuando están acompañados de educación alimentaria y ejercicio físico en un marco de control y seguimiento".
La cirugía bariátrica resulta una estrategia quirúrgica adecuada en pacientes que fueron carentes de herramientas efectivas para la prevención primaria o para el tratamiento conductual de la obesidad.