Los Millennials son aquellos jóvenes cuya edad entra en el rango estimado de entre los 19 y 32 años. Mucho se ha dicho sobre ellos, y sobre sus características emocionales, pero poco se ha explicado sobre el impacto que tienen sus personalidades en el ambiente laboral. Esta nueva generación busca horarios flexibles y un mejor balance entre su vida personal y profesional. Lo cierto es que el trabajo y la cotidianeidad ya están mezclados debido a todos los avances tecnológicos del siglo XXI, por lo que estos jóvenes buscan en realidad poder conjugar las dos partes de su existencia de una manera lo más armoniosa posible.
Falta muy poco para que los Millennials tomen el mando de las firmas más importantes del mundo, sin contar los grandes emprendimientos que originaron ellos mismos y que hoy son algunas de las empresas más poderosas del mundo -¿a alguien le suena Facebook? Según un estudio realizado por Universum Global, en el año 2020, los Millennials serán el 50% de los trabajadores, mientras que en el 2025 representarán el 75% del total de la fuerza laboral mundial. Otro realizado por Forbes vaticina lo mismo. Hoy están en puestos junior o de pasantías, pero, muy pronto, el control será suyo, y depende de la voluntad de las compañías el hecho que elijan permanecer o ir a probar suerte para otro lado.
Los datos de Universum parecerían indicar que las oficinas deberán estar pensados totalmente para los Millennials ya para dentro de cuatro años, si es que las empresas quieren aprovechar al máximo y aumentar la productividad de sus trabajadores. La arquitecta Mariana Tambussi, Director Facility Manager de a href="http://www.cbreargentina.com/" rel="noopener noreferrer" CBRE/a, líder global de servicios de Real Estate e inversiones, contó en una charla con Infobae cómo la concepción de los espacios de trabajo del siglo XXI cambió radicalmente para adaptarse a la generación entrante: los Millennials.
"Si analizamos, por ejemplo, los últimos 20 años, los espacios de trabajo han cambiado de una forma vertiginosa en paralelo a los cambios culturales y estratégicos en las empresas, posibilitados por los avances tecnológicos y los cambios generacionales", explicó Tambussi, quien asegura que la velocidad con que suceden estos cambios es inversamente proporcional al tiempo de vida de las empresas mismas, en donde la competencia por el talento y por la innovación es crucial. "El rol del espacio que contienen y propician las nuevas formas de trabajar juega un papel importantísimo en este proceso. Rápidamente del modelo de organización piramidal con espacios confinados y escalas de privilegio pasamos a la oficina abierta y ali home office/i. Partiendo de la estructura de espacios jerárquicos, compartimentados, confidenciales, y de la lucha por la posesión de la 'ventana' y el m2 como símbolo de poder saltamos al vacío de la 'oficina abierta'".
La fuerza y la velocidad del avance tecnológico impulsó en el nuevo siglo un nuevo cambio. "Ya no estaríamos más atados una computadora imposible de mover y más tarde tampoco a un cable de red", asegura la arquitecta, quien abre el juego y se pregunta por qué no pensar entonces que el trabajo ya no es territorial, sino por función o por grupo de afinidad. "Se empieza a hablar entonces de espacios colaborativos, de espacio por estilo de trabajo, por intereses comunes, buscando además una eficiencia en el costo del espacio. También movidos por lo sustentable y por el ahorro de energía hasta por la flexibilidad horaria, se incluye en la grilla de espacios el home office con más o menos aceptación desde lo cultural y lo comunicacional".
La forma de vida en el trabajo tanto como en lo privado es más abierta, aclara la experta, e incluso el management es más abierto. Las comunicaciones empujan a la apertura aunque a veces parezca un salto al vacío o al caos: "Esto se da también en un mundo donde mostrar las emociones se valora como positivo (hoy todo se muestra, es incluso totalmente público por momentos). Un espacio de trabajo que deje fuera lo emocional y lo corporal en el sentido amplio de la palabra apertura será un lugar en el que nadie quiera trabajar".
Los Millennials encuentran la productividad fuera del escritorio tradicional, en lugares como cafés o salas de descanso, con sillones y asientos cómodos. Y la tecnología movible hace que puedan trabajar desde cualquier lado, facilitando la comunicación y permitiendo a la vez el desarrollo de su espíritu menos atado a las cuatro paredes. "Hoy vemos como oportunidad lo que antes considerábamos una amenaza, por lo que encerrábamos a la gente en cubículos iguales o en oficinas cerradas", asegura Tambussi, quien aclara que para concebir los nuevos espacios, multifuncionales "es necesario también una cultura como la Millennial, que no ve al error como culpa, sino como parte del proceso de aprendizaje".
"En los espacios de hoy conviven varias generaciones, como en una ciudad, y varios tipos de trabajo que se complementan potenciandose sin competir", explica la arquitecta. "Por eso pensamos al usuario como un todo emocional, intelectual y corporal porque cada generación tiene una tendencia a considerar alguno de estos aspectos como más importante, pero al final del balance y de la inclusión, uno se da cuenta de que la diversidad enriquece.
De esta manera, se proveen espacios de trabajo colaborativo, con ambientes amplios y abiertos y paredes de vidrio que dejen entrar la luz; espacios de concentración que implican lugares chicos y cerrados para quien busque la privacidad y encerrarse en una burbuja; espacios para socializar como cocinas con mesas y televisores -un estudio realizado por LinkedIn reveló que el 57% de los Millennials es más feliz cuando tiene amigos en el trabajo-; y áreas de relax, con sillones cómodos, colores e iluminación acorde.
"A la hora de diseñar, es fundamental primero escuchar, para conocer qué se hace, cómo y para qué", mantiene la arquitecta. "Esto es esencial para mejorar, optimizar y, fundamentalmente, innovar. Hoy vamos por espacios móviles, más pequeños, pero altamente eficientes, multiculturales, colaborativos y multifuncionales. Se intenta llegar a una organización saludable del espacio que privilegie al usuario de forma que pueda desarrollar su talento, y conectar; un espacio que inspire y apasione, que pueda modificarse y albergar diferentes estilos de trabajo. Las relaciones ya no se dan sólo por proximidad física, sino por grupos de intereses en común".
También se está tomando la ergonomía como uno de los principios esenciales a la hora de construir un espacio laboral. Sentarse nueve horas diarias frente a una computadora y en un escritorio tradicional trae desventajas para el cuerpo, por lo que se está incentivando el uso de sillas más autoajustables, y escritorios para utilizar estando parado, para ir intercambiando con el clásico. Esto lleva a que los empleados estén más cómodos y sufran menos de dolores corporales, que lleva a un malestar general y a una baja en la productividad.
"La sustentabilidad en las nuevas oficinas es hoy fundamental", agrega, "y no sólamente por el compromiso que debemos tener todos con la supervivencia de nuestro medio ambiente, sino también porque el costo de no hacerlo hoy será imposible de pagar mañana. El tiempo de hacer ya llegó y quien no lo entienda así, no podrá sobrevivir en el mercado. Se debe pensar el espacio de trabajo sustentable desde el inicio. No es una opción, es una premisa de diseño".
Los Millennials necesitan y buscan el soporte tecnológico, se adaptan rápido a los cambios, son apasionados, pero necesitan motivación. Buscan, cambian, quieren crecer rápido, viven el momento y no solamente valoran lo intelectual sino también lo emocional. Para ellos son motivadores los espacios innovadores. Para que estén incentivados constantemente, los espacios deben propiciar su productividad adaptándose a las formas de trabajo más personales y diversas y haciéndolos sentir reconocidos y valorados. La colaboración es fundamental para que no se aíslen en su burbuja y hacer contacto con el equipo, ya sea físicamente o en la "nube". Al ser muy experienciales, la bajada en común es fundamental para cerrar los procesos. Por eso es importante crear espacios con impacto emocional, pensar espacios para el intelecto, el cuerpo y las emociones.
Sueldos más altos, desafíos y beneficios corporativos parecen ser algunos de los incentivos más influyentes para atraer a empleados, pero lo cierto es que el camino empieza con el espacio laboral, y qué tan cómodos y a gusto se sientan los Millennials. Es por eso que las empresas más vanguardistas e inteligentes siguieron los pasos propuestos por Google y adaptaron -o están en proceso de adaptación- las oficinas para que esta nueva e inquieta generación encuentre en el trabajo una extensión de su vida personal, y pueda demostrar su potencial al máximo, algo que sólo se puede lograr dejando atrás las concepciones anteriores sobre oficinas y espacios de trabajo.