Los cinco alimentos "prohibidos" que ahora son buenos para la salud

Durante años fueron demonizados, pero ahora los especialistas dicen que se deben incluir en la dieta

Shutterstock 162

Las directrices y recomendaciones nutricionales están en constante revisión. Lo que era considerado como 'malo' ahora es 'bueno' o al revés, acorde a las nuevas investigaciones.

Esto genera que sea difícil, incluso para los científicos, mantenerse al día con los alimentos que son saludables y los que no.

Es por eso que Scott Harding, profesor de ciencias de la nutrición en el King's College de Londres, puso en la mira cinco alimentos que hasta hace muy poco eran considerados como los "villanos" de la buena alimentación.

Huevos

Durante mucho tiempo se pensó que los huevos eran malos para el corazón. Un huevo grande contiene 185 mg de colesterol. Sin embargo, durante los últimos 20 años, la nutrición y la investigación médica demostraron repetidamente que los consumos normales de colesterol en la dieta tienen muy poca influencia sobre los niveles de colesterol en la sangre de una persona.

Los huevos son una excelente fuente de proteínas, grasas saludables, y varias vitaminas y minerales.

Margarina y manteca

La historia de las grasas para untar, como la margarina y la manteca, es probablemente una de las más confusas en la alimentación.

El origen de la margarina, que está hecha de grasa vegetal, se remonta a mediados de la década de 1800. Desde ese momento, ha reemplazado a la manteca en la mayoría de los países desarrollados.

Este cambio se vio impulsado por su menor precio en comparación con la manteca, así como por recomendaciones de profesionales de la salud que incitaban a comer menos grasas saturadas con el fin de prevenir la enfermedad cardíaca coronaria (CHD).

La papa es uno de los pocos vegetales considerados como "malos". Debido a que es un alimento de alto índice glucémico, tiende a ser agrupado con otros elaborados a partir de los hidratos de carbono refinados y se los recomienda evitar.

Sin embargo, las papas son una fuente rica en hidratos de carbono, vitamina C, vitaminas del complejo B y minerales.

La forma de prepararlas también cambia los aspectos de esos almidones que acumulan mala reputación.

Cocinar y enfriar las papas aumenta la cantidad de almidón resistente. Este componente actúa como la fibra dietética en la digestión que 'resiste' en el intestino, lo que podría tener un impacto positivo en las bacterias intestinales.

Nueces

Las nueces también solían tener una mala reputación. Decían que son altas en grasas y que tienen muchas calorías, lo que llevó a evitarlas por todas aquellas personas que buscan perder peso. Sin embargo, hay pruebas crecientes para asegurar que los frutos secos crudos son la clave en una dieta saludable para mantener un peso adecuado.

Un informe reciente, publicado en el British Journal of Nutrition, demostró que comer frutos secos crudos reduce la muerte por enfermedades cardiovasculares, enfermedades coronarias y muerte súbita cardíaca.

Aunque los estudios aún están en curso para determinar qué componentes de los frutos secos son los que promocionan estos resultados positivos, ya se conocen los beneficios nutricionales.

Los frutos secos crudos contienen proteínas, grasas saludables (bajos en grasa saturada y alta en monoinsaturadas y poliinsaturadas), fibra dietética y micronutrientes.

"Hay que recordar que cuando se trata de alimentos y salud: todos los alimentos encajan en una dieta saludable. No hay que caer en la trampa de creer en la 'súper comida' o 'mala'".

Lácteos

Los lácteos –incluyendo la leche, la manteca, el yogur y el queso- fueron considerados alimentos básicos en la dieta de muchas personas, pero los patrones de consumo han cambiado.

Los aspectos positivos de los lácteos incluyen un alto contenido de proteína y calcio.

El contenido de grasa y el tipo de grasa son importantes a la hora de elegir productos lácteos ya que algunos contienen altos valores de grasas saturadas.

A pesar de que es mejor evitar una dieta alta en grasas saturadas (un factor de riesgo para las enfermedades del corazón), el consumo regular de productos lácteos no tiene por qué ser una preocupación.

Debido a que hay numerosos estudios que apuntan hacia los aspectos saludables y no saludables de los productos lácteos, es difícil recomendar la ingesta o tipos específicos de alimentos lácteos para mejorar la salud.

En los recientes cambios en las directrices que brindó el Reino Unido, siguen estando como parte de un plan de alimentación saludable, siempre y cuando las opciones sean bajas en grasa.