Los expertos discrepan sobre las capacidades de las múltiples ramas de Al Qaeda. Para unos, la red se ha visto superada por el grupo Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). Mientras que para otros, le han robado el protagonismo, pero acabará triunfando gracias a su constancia por una yihad globalizada a largo plazo, frente a un rival bajo presión en Irak y Siria.
En el apogeo de su poder en Afganistán, Al Qaeda estremeció al mundo con los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos, que dejaron casi 3.000 muertos. Pero empezó a salir de los radares luego de que un grupo comando estadounidense eliminara a su líder, Bin Laden, el 2 de mayo de 2011 en Pakistán, seguido por el surgimiento en 2014 del "califa" del ISIS, Abu Bakr al Baghdadi.
Éste se convirtió en la punta de lanza del yihadismo mundial a raíz de las conquistas territoriales en Irak y Siria, y también a la brutalidad de sus métodos. Fue tan así que incluso consiguió eclipsar al sucesor de Bin Laden, Ayman al-Zawahiri.
"La propaganda de Al Qaeda se ha vuelto ilegible en las redes sociales frente a la máquina de guerra mediática que Daesh (acrónicomo de ISIS en árabe) ha constituido con éxito", afirma Jean-Pierre Filiu, especialista del Islam contemporáneo en París.
"Al Qaeda ha perdido fuerza por todas partes frente a Daesh, salvo en el Sahel", asegura el experto. Y agrega: "Este retroceso general se debe a la voluntad de Zawahiri de tomar la ola revolucionaria en el mundo árabe, mientras que Daesh adoptó en forma inmediata una actitud violentamente contrarrevolucionaria que le ha permitido aprovechar la colaboración en Siria y en Yemen de los dictadores en el cargo o recuperar en Libia una parte de las bases de Khadafi".
William McCants, de Brookings Institution, en Washington, también estima que Al Qaeda se ha visto superado por el Estado Islámico, surgido de una escisión. Pero al mismo tiempo considera que bajo la bandera del Frente Al Nusra, segundo grupo yihadista en Siria, sus combatientes han "tomado el toro por los cuernos" tras haber sufrido "graves pérdidas" frente a Daesh.
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En Yemen, donde la implantación yihadista en el tejido tribal viene de lejos, la filial Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA) controla muchos territorios en el sudeste, a pesar de haber perdido terreno en las últimas semanas. Sus hombres se cuentan "por miles, comparados con los centenares" de un ISIS sin territorios, afirma McCants.
Según él, Al Qaeda sigue una estrategia que consiste en combinar conquistas territoriales de la guerrilla con acciones contra Occidente, "siguiendo así las directivas de Ayman al-Zawahiri".
En enero de 2015, mientras el ISIS acaparaba el espacio mediático mundial, Al Qaeda en Yemen, considerado por Washington como el grupo más peligroso de la red, reivindicaba el ataque en París que diezmó la redacción del periódico satírico francés Charlie Hebdo, una operación que fue interpretada como un intento de Al Qaeda de "marcar territorio" frente al Estado Islámico.
Objetivos en África
Asimismo, desde noviembre de 2015, Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) ha reivindicado una serie de acciones en África (Mali, Burkina Faso, Costa de Marfil) contra hoteles y restaurantes, dejando decenas de muertos, principalmente extranjeros.
En África Occidental, Al Qaeda busca "mostrar que está unida tras las divisiones perjudiciales" y ha encontrado "una zona donde puede mermar la influencia de sus competidores" del grupo ISIS, destacó en marzo el instituto de análisis Soufan Group, con sede en Nueva York.
Para el International Crisis Group (ICG), Al Qaeda ha "evolucionado" y algunas ramas "continúan siendo potentes" al participar en "insurrecciones locales", mostrando un "grado de pragmatismo", evitando "matar a musulmanes" y teniendo en cuenta las "sensibilidades locales", según el instituto basado en Bruselas.
Así, responsables de Al Qaeda en Yemen condenaron los ataques sangrientos del Estado Islámico contra mezquitas chiítas en 2015.
Socios locales
AQPA en Yemen y Al Nusra en Siria han sabido aliarse a otras fuerzas locales y actúan sutilmente con la idea de desarrollar una base social, afirman varios expertos.
Al Qaeda "apuesta por un malogramiento progresivo de la situación en los países musulmanes que conducirá a una toma de poder por parte de dirigentes afectos a sus tesis", explicó Alain Rodier, ex oficial de los servicios de inteligencia franceses, en una entrevista publicada en abril por la revista Atlántico.
"Esta yihad está prevista para prolongarse durante decenas de años", mientras que Baghdadi "se muestra más presuroso", agregó.
Por el momento, los jefes de Al Qaeda se mantienen discretos frente a los bombardeos, a menudo perpetrados por drones de Estados Unidos. En Yemen, eliminaron en junio de 2015 al jefe de AQPA Nasser al-Wahishi y, en marzo de 2016, a 71 combatientes en un campo de entrenamiento. Por otro lado, fuerzas especiales de Emiratos Árabes y Arabia Saudita ayudaron al ejército yemenita a expulsar a Al Qaeda el 24 de abril de la ciudad de Mukalla, ubicadas en el sudeste de Yemen.
En Siria, Washington bombardeó el 3 de abril un campamento de entrenamiento del Frente Al Nusra, en la provincia de Idleb (noroeste), abatiendo al vocero del grupo Abu Firas al Suri y, al menos, a otros 20 yihadistas.