A apenas cuatro meses de asumido el nuevo gobierno, la gestión de Mauricio Macri al frente del Ejecutivo Nacional ha logrado que las cinco centrales sindicales de nuestro país aúnen reclamos en una jornada de lucha histórica, que contará además con la participación de organizaciones sociales y políticas, y de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), como flamante novedad.
La convocatoria se enmarca en un contexto en el que se cuentan más de 150.000 despidos entre el sector privado y el sector estatal -cifra que se cuadruplica en el sector de los trabajadores informales-, una inflación de más del 40%, el tarifazo que golpea directamente en los trabajadores, y una fenomenal transferencia de recursos a los sectores más concentrados de la economía.
Frente a este escenario, compañeros de distintas extracciones reclaman, hacia adentro de este movimiento, la "unidad". A esta altura está claro que la unidad nace del reclamo de los trabajadores y se expresa en la calle con las distintas organizaciones sindicales: las tres CGTs, las dos CTAs y también la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular, que por primera vez marchará junto a las centrales obreras de trabajadores formales y que sumará al reclamo de freno al ajuste y los despidos, su propia agenda: apertura de la paritaria social para los beneficiarios de planes sociales con actualización de los programas de cooperativas y la ley de emergencia social.
Sin embargo, para transformar la realidad social, es necesario que esta convocatoria tenga impacto en la representatividad política, que facilite la construcción de una alternativa electoral de cara a las elecciones 2017 que contenga las banderas históricas que fueron parte de estos años.
Queda por delante el enorme desafío de reconstruir mayorías a partir de la responsabilidad de haber participado de un Gobierno que, durante los últimos 12 años, impulsó beneficios y conquistas para los sectores que hoy se movilizan pero que no tuvo un correlato en términos de organización de los trabajadores; hoy nos encontramos con cinco centrales sindicales, y sin una política de Estado frente a un sector cada vez más organizado, el de la Economía Popular.
La jornada del 29 será un paso importante en la unidad de los trabajadores frente al ajuste, los despidos y el tarifazo. El reto será poder construir la representación política en los gremios y en cualquier ámbito social de ese frente nacional, que contenga las banderas levantadas en la última década pero también incorpore nuevos desafíos de una agenda de mayorías.
El autor es el Secretario Político del Movimiento Evita en Capital