En otoño, las condiciones climáticas suelen llevar a la proliferación de los brotes de alergia. Y quienes sufren de este trastorno de su sistema inmune, acostumbran incrementar los hábitos de limpieza en el hogar a los fines de evitar acumulación de polvillo y reducir al mínimo el riesgo de "ataques".
Ahora, al momento de desempolvar estanterías, limpiar armarios y asegurarse de ventilar los ambientes, mucha gente pasa por alto un elemento del hogar que, según los especialistas, es el ambiente favorito de las bacterias: las alfombras.
Los especialistas advirtieron que la alfombra es un caldo de cultivo de bacterias, y en ella se alojan, además, restos de polen, polvo y piel muerta.
En una alfombra conviven bacterias, restos de polen, polvo y piel muerta
Robin Wilson es una diseñadora de interiores abocada a crear "hogares hipoalergénicos". Según ella, el "tráfico" de desechos del exterior al interior puede resultar un problema, ya que sin saberlo, las personas transportan en sus prendas y calzado patógenos que luego quedarán atrapados en sus alfombras.
"Imaginemos, por ejemplo, si durante su paseo por el parque, su perro pisa heces de otro animal que luego van a parar a su casa. Usted podría tener gérmenes que causan enfermedades graves, como la Escherichia coli, en su alfombra sin siquiera saberlo". Con este ejemplo bastante escatológico, pero real, los especialistas intentan generar conciencia sobre los cuidados que deben tenerse en cuestiones tan cotidianas como esa.
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