El fenómeno de los combatientes extranjeros que se unieron a las filas del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) aumentó considerablemente en los últimos meses y preocupa a las autoridades europeas. Los atentados perpetrados en París y Bruselas están relacionados con esos yihadistas que abandonaron sus países de origen para luchar contra el régimen de Bashar al Assad en Siria y que se radicalizaron para formar parte de ISIS.
El Centro Internacional de Contra Terrorismo (ICCT, por sus siglas en inglés) con sede en La Haya, Holanda, desarrolló un informe detallado sobre los países de origen de los combatientes extranjeros que viajaron para luchar por la causa islámica. Con esos datos, más el aporte de especialistas y gobiernos de todo el mundo, el blog emmejihad (ExcuseMeMyEnglishJihad) elaboró un listado global.
La lista es un ranking per cápita que contiene a 84 países. El número para cada país es una cifra que señala la cantidad de combatientes cada un millón de habitantes. Se estima que los cálculos son superiores a los arrojados en el estudio, pero alcanzar el número exacto es una tarea difícil por la falta de información, según detallan las fuentes consultadas.
La comisión holandesa que realizó el estudio analizará la información obtenida para establecer una serie de políticas de seguridad para todos los integrantes de la Unión Europea con el fin de comprender la problemática y evitar nuevos ataques terroristas.
Las cifras fueron relevadas por el equipo de investigación del ICCT, periodistas independientes y profesionales de la lucha antiterrorista como Jean-Charles Brisard, presidente del Centro de Análisis de Terrorismo de Francia.
Además de europeos y africanos, hay yihadistas de varios países de América Latina
La investigación se centró en aquellos que lucharon contra el régimen en ambos países (Siria e Irak) y que forman parte tanto de ISIS como de grupos aliados como Frente al Nusra.
Hay países latinoamericanos que también tienen militantes extremistas que fueron a luchar por la yihad, tales como México, Brasil y Argentina, pero la cifra es menor a la establecida como punto de referencia y por ese motivo no aparecen en el ranking.
La lista de los países analizados se basó en un trabajo del escritor Richard Barrett realizado en junio del 2014 para The Soufan Group, una empresa privada de seguridad estratégica que provee informes a gobiernos de todo el mundo.
Se tomó en cuenta también información obtenida por el Centro Internacional de Estudio de la Radicalización y Violencia Política (ICSR, por sus siglas en inglés) y el Departamento de Estudios de Guerra del King's College de Londres.
Se distinguió la información en tres categorías según la fuente. La primera fuente son las cifras estimadas por las autoridades de cada país, la segunda es información oficial pero que las autoridades de gobierno declararon de forma anónima y la tercera fuente son datos estimados por académicos y periodistas.
Los combatientes extranjeros son, por lo general, ciudadanos legales en sus países de origen que no siempre estuvieron ligados al islam por cuestiones familiares o de costumbres. Esa información arroja un nuevo dato: muchos de ellos fueron radicalizados luego del inicio de los conflictos y no tenían relación con la religión ni la política islámica previamente.
La investigación completa realizada por la ICCT tiene seis capítulos, donde se analizan las amenaza de los combatientes extranjeros para la Unión Europea, los datos que cada gobierno necesita para contener amenazas locales y las zonas de tránsito utilizadas por los extremistas para llegar a sus destinos.
Esas secciones contienen, a su vez, información detallada sobre seguridad, legislaciones y medidas preventivas que se deben tomar para responder al fenómeno. Toda la información es procesada también para obtener patrones de comportamiento, perfiles y motivaciones de los combatientes extranjeros.
LEA MÁS: