Una imagen de valor histórico y transcendental para Chile y América latina. Un instante que inmortalizó el fin de la dictadura luego de 17 años: el ex presidente chileno Patricio Aylwin Azócar aparece junto a a href="URL_AGRUPADOR_162/augusto-pinochet-a3782" rel="noopener noreferrer" Augusto Pinochet/a durante la ceremonia de transmisión de mando, el 11 de marzo de 1990.
Luego de la derrota de Pinochet en las urnas en 1988, los chilenos le encomendaron la compleja misión de ser el primer presidente democrático a Patricio Aylwin Azócar. Éste asumió en marzo de 1990 y, con el dictador todavía al mando de las Fuerzas Armadas, lideró una de las transiciones más difíciles y exitosas de América Latina.
Aylwin se impuso en las elecciones del jueves 14 de diciembre de 1989 con un 55,17% de los votos, poniendo fin a al del régimen de Augusto Pinochet. Buscó durante su gobierno consolidar la democracia y convivencia en Chile, así también como reponer las instituciones democráticas, impulsar la economía sentando las bases de lo que es hoy uno de los países más estables de América Latina.
En uno de sus primeros discursos como mandatario, el primer presidente democrático de Chile promovió la unidad del país.
"Sean civiles o militares, sí señores, sí compatriotas, ¡civiles o militares!, Chile es uno solo. Tenemos que ser capaces de reconstruir la unidad", dijo Aylwin en medio de aplausos dando inicio a la recomposición de las heridas tras una de las etapas más duras del país.
El político fue desde la presidencia del Senado en 1971 un duro opositor al derrocado gobernante socialista Salvador Allende, pero también enemigo del dictador Augusto Pinochet, por lo que se esforzó por saldar su propia deuda tras el quiebre de la democracia en 1973.