La violencia sexual contra las mujeres se ha convertido en uno de los principales temas pendientes a tratar en la sociedad mexicana. Y no es para menos, según datos del Banco Interamericano de Desarrollo, la capital mexicana encabeza el ránking de las ciudades con los sistemas de transportes más peligrosos para las mujeres. Le siguen Bogotá y Lima.
Este domingo, miles de mujeres marcharon en distintas ciudades de México contra contra la violencia de género bajo el lema #VivasNosQueremos. El acoso en el transporte público muchas es una de las formas más naturalizadas de violencias contra las mujeres.
Nueve de cada diez mujeres ha sido violentada de alguna u otra forma, con miradas lascivas, tocamientos, palabras y agresiones físicas. No es un tema nuevo, lo que es nuevo es que estos hechos se han vuelto más visibles gracias a la denuncia de las mujeres agredidas que valientemente han superado los obstáculos que las mismas autoridades deberían impartir justicia imponen al tratar de inhibir la denuncia o terminar un proceso con el simple perdón de la mujer afectada.
Ante este escenario, hace unos días tres mujeres víctimas de abuso sexual grabaron un video titulado #Notecalles, llamando a las de su género a denunciar estos delitos e insistir en señalar que estas faltas siempre son culpa del agresor, no importa cómo vistan o se comporten las mujeres.
#ElMetroEsPúblicoMiCuerpoNo
Poco han hecho las autoridades correspondientes para inhibir las conductas de acoso o violación hacia las mujeres. "No basta con separar los hombres de las mujeres en el transporte público" dice a Infobae Jimena Soria, del Grupo de Información en Reproducción Elegida, AC, organización que recientemente realizó una manifestación pacífica en el Metro, que a diario mueve a cinco millones de personas. Bajo la campaña #ElMetroEsPúblicoMiCuerpoNo , el colectivo informó que se trató de concientizar y llamar la atención de los usuarios, sobre el respeto que deben tener hacia las mujeres al utilizar el transporte público.
La violencia cibernética
Derivado de la denuncia pública, las mujeres que se han atrevido a exponer sus casos de agresión sexual han sido objeto de burla y escarnio, llegando incluso a la amenaza de violación o asesinato. Todo esto a través de twitter o Facebook.
Cifras oficiales dan cuenta que en los últimos cinco años hubo 600 mil denuncias por delitos sexuales, de estas solo se integraron 20 mil averiguaciones.
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