Los vehículos autónomos ya son una realidad. Y paulatinamente van ganando la calle. Tutoriados por la tecnología, su crecimiento es exponencial. Si ya existen autos que se manejan solos, ¿cómo evitar humanizarlos en una competencia de velocidad? Así nace Roborace, la carrera de los coches sin pilotos y dotados de inteligencia artificial, sensores, laboratorios móviles y diseños estrafalarios.
Hermanado a la Fórmula E, estos bólidos crecerán bajo el amparo de la flamante competencia de vehículos eléctricos. Compartirán como lazo genético la mecánica eléctrica de propulsión. Pero carecerán de habitáculo interno, asiento, volante y comandos, todo lo que necesita un piloto para conducir. Manipulará la dirección y regulará la velocidad una computadora interna. Una analogía a los míticos Scalextric pero sin guía, sin controles remotos y en circuitos de competición reales.
El campeonato de monoplazas eléctricos ha anunciado que a partir de su tercera temporada postulará, como categoría telonera, a la denominada
, un nuevo concepto de carreras.
una silueta aerodinámica, un monovolumen extravagante, cuatro ruedas cubiertas por la carrocería y el espacio para el piloto repensado para exhibir prestaciones y lujo, modelos genéricos de los que se han difundido apenas su boceto. Daniel Simón, un alemán que colaboró con las líneas de modelos de autos de empresas como Audi, Bentley ó Bugatti, será el jefe de Diseño de la categoría, el encargado de darle sentido y forma a estos futuristas vehículos de competición.
La iniciativa es que diez equipos distribuyan en pista a 20 modelos idénticos para competir durante un lapso de una hora. Los autos sin conductores llevan el nombre de Robocars. Las carreras son una creación de la compañía Kinetik. Proyectan iniciar su actividad en circuitos profesionales a lo largo del 2017, de modo paralelo a la Fórmula E. Sobrará carrocería para montar un nuevo vehículo de sponsoreo de grandes compañías mundiales, tal como lucen los monoplazas de las competiciones de velocidad.
Según ha desvelado el promotor de la categoría, los autos sin conductores de carrera medirán 4,8 metros de largo, 2 metros de ancho y tendrá una distancia entre ejes de 2,8 metros, con un peso cercano a una tonelada. Será, por lo tanto, un vehículo con medidas idénticas pero con 112 kilos más que los que denuncia la balanza de los bólidos de la Fórmula E.