Hennessey celebró sus 25 años de historia con más historia. Escribió con dorado una nueva página de su laureada trayectoria: firmó el récord mundial de velocidad con su Hennessey Venom GT Spyder. Corrió a 265,6 millas por hora, traducido en 427,4 k/h, para convertirse en el descapotable deportivo más veloz jamás construido.
La firma alcanza así un peculiar "doblete". Doble corona para la compañía estadounidense que en el 2014 había encumbrado al Venom GT como el coche de producción más veloz del planeta al alcanzar los 435,31 kilómetros por hora. Esta vez, la versión Spyder realizó una plusmarca con un vehículo convertible que por ocho kilómetros por hora no iguala el récord de su hermano cuopé.
El biplaza rubricó su hazaña en una prueba desplegada en una pista de la estación aérea naval americana en Lemoore, California. Racelogic, una afamada empresa de pruebas de velocidad independiente, certificó con sus medidores oficiales el nuevo récord que ahora buscará ser homologada en el libro de los Guinness. Superó con estos resultados los 408,84 kilómetros por hora que había firmado el Bugatti Veyron Gran Sport Vitesse hace tres años. Esta noticia estimulará la sed de revancha de la compañía Bugatti, que tiene un Chiron a estrenar presto para recuperar su trono. De hecho, en las redes sociales, Hennessey Performance le dedicó el triunfo a su competidor en las pistas de velocidad. "¡Vení a buscarlo Bugatti!", provocó la firma americana arrobando a la marca francesa de lujo y acompañando la publicación con hashtags como #worldsfastest, #comeandtakeit.
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