es un capitán del ejército renegado, que en plena dictadura huye del horror buscando refugio en un alejado paraje: la Colonia Helena. Allí, deberá hacer frente al acoso de un comisario déspota y desagradable. Entre medio de ellos, una mujer que también quiere escapar.
Sebastian Borensztein dirige su película más adulta y arriesgada, un western clásico en donde no hay héroes ni buenos, solo algún personaje menos malo que su antagonista. Y eso es lo que hace poderosa la actuación de a href="https://www.infobae.com/" rel="noopener noreferrer" Ricardo Darín/a (en un registro distinto a sus trabajos más populares), un ser detestable que termina logrando ser empático.
Párrafo aparte para Oscar Martínez, un villano a la vieja usanza, una interpretación digna de aplaudir.
No estamos ante una película testimonial, el contexto es casi una anécdota, es una historia de redención y venganza, tan opresiva como atrapante.