La circular roja de Interpol contra Richard Britaldo Orrego Barrantes fue lo suficientemente roja como para que termine en el asiento de atrás de un patrullero. De 38 años de edad, oriundo de la ciudad de Chiclayo, en el departamento de Lambayeque al norte de Perú, Orrego Barrantes era buscado por el doctor José Luis Chanama Parragüez, a cargo del Juzgado Penal Liquidador del departamento de Lambayeque. En febrero del año pasado, el magistrado libró el oficio a Interpol para que se lo capture por un hecho al menos desagradable. "a href="https://www.infobae.com/" rel="noopener noreferrer" Violación/a sexual", marcó su ficha, un cargo que en un tribunal de su país puede costarle hasta 20 años de cárcel.
En febrero de 2007, una mujer con una discapacidad física lo acusó de emborracharla y abusarla luego de una fiesta en un hostal. La mujer se despertó a la mitad de la noche, con el pantalón hasta las rodillas, la ropa interior hasta los muslos y un notable ardor al orinar.
Así, durante siete años, Orrego Barrantes se las arregló para evitar que lo detengan. La información con que contaba el juez el año pasado, que había sido replicada en medios peruanos, indicaba que Orrego Barrantes vivía en la provincia de Córdoba, que su propia madre lo habría ayudado a fugarse. Pero cuando la división Investigación Federal de Fugitivos y la delegación Córdoba de la Policía Federal lo detuvieron ayer por la tarde en la capital provincial bajo la firma del juez Ricardo Bustos Fierro, Orrego Barrantes tenía, por así decirlo, sus papeles en regla.
A pesar del delito por el cual estaba prófugo, no estaba ilegal en el país ni oculto en una tapera. Orrego Barrantes tenía un DNI a su nombre, número 94 millones y un domicilio fiscal en la calle Ingeniero Cassafous de la capital cordobesa. También, consiguió empleo en blanco. Testimonios lo señalaron como trabajando en un bar de la avenida Hipólito Yrigoyen. Registros comerciales consultados por Infobae indican que fue tomado, al menos desde diciembre del año pasado y hasta febrero de este año, por una firma de vigilancia privada de la capital provincial. Incluso estuvo inscripto en la OSPESA, la Obra Social del Personal de Sociedades de Autores y Afines.
Este no es el único caso de un violador peruano capturado con papeles argentinos, en el marco de una política sistemática de colaboración de la PFA con Interpol que llevó a varias detenciones de delincuentes sexuales refugiados en la Argentina en los últimos meses. El mes pasado, Nilo Azambuja Fuentes, de 54 años, fue capturado en Don Torcuato por abusar de sus hijastras. Tal como Orrego Barrantes, tenía un DNI local y hasta estaba inscripto en la AFIP desde 2012.