Del allanamiento realizado en la escribanía de Leandro Albornoz, mediante la cual el empresario Lázaro Báez pudo crear sociedades a través de las que se cree que realizó operaciones de lavado de dinero, se secuestraron varias cajas que contenían registros de inscripción de propiedades, de compra y venta de bienes y de formación de sociedades.
Ese material viajó desde la Patagonia en avión para llegar a la oficina del juez federal Sebastián Casanello, que ordenó el allanamiento a la escribanía que prestó la firma para que Báez constituyera la mayoría de las sociedades, a través de las cuales se alquilaron habitaciones —sin ocupar— en los hoteles de la familia Kirchner, según la investigación.
Al menos treinta cajas con documentación, bolsas negras con material y filmaciones de las cámaras de circuito cerrado son algunas de las cosas recolectadas por los gendarmes, según publica La Nación.
Albornoz, además, integró el directorio de Valle Mitre, la sociedad gerenciadora de los hoteles de los Kirchner.
El sábado, pasadas las 17:30, pasó casi desapercibida la llegada de un móvil de Gendarmería Nacional, color celeste, que se confundía con los que utilizan los efectivos de tránsito municipal y/o provincial y se estacionó frente a la Escribanía Albornoz.
Advertidos por los trascendidos en medios nacionales de que Gendarmería llevaría adelante diversos procedimientos en Santa Cruz, la guardia periodística nacional y local no tardó en percartarse de esta presencia.
A los pocos minutos llegó el escribano Albornoz, dueño del lugar, dialogó unos minutos con los gendarmes, quienes le señalaron que no tenían orden de allanamiento para ingresar y que la estaban esperando.
Cuatro horas después, aproximadamente a las 21:30, se sumaron dos camionetas pero no sería hasta las 22:54 que comenzaría efectivamente el operativo, con la llegada nuevamente del escribano, quiEn abrió la escribanía y permitió el ingreso de los efectivos de la Gendarmería junto a los testigos.
La demora de casi seis horas para concretar el operativo se debió a inconvenientes formales en el oficio librado por la jueza Marta Yáñez, a cargo del Juzgado Federal de Río Gallegos, para cumplir la orden solicitada por su par Casanello, se informó.
Luego de diez horas, aproximadamente a las 9 de la mañana de este domingo, finalizó el operativo en la escribanía con varias cajas que fueron cargadas a las camionetas de Gendarmería que serían giradas al juzgado de Casanello.
En su interior llevaban registros de inscripción de propiedades, compra y ventas de bienes y formación de sociedades relacionadas con Báez.
El operativo a la escribanía podría ser clave para la determinación y el seguimiento de sociedades que llevó adelante Báez y para identificar quiénes (si los hubo) son sus socios, las veces que Albornoz fue el escribano que llevó adelante esos registros.
Luego de la declaración de Leonardo Fariña, la situación del empresario de la construcción, que continúa detenido en Ezeiza, y su hijo Martín, que espera las decisiones en libertad, podrían complicarse.
Al salir de la escribanía, el propio Albornoz indicó a la prensa que estaba "tranquilo" porque su actuación fue meramente profesional con Lázaro Báez, a quien tiene de cliente desde el año 2004, aunque expresó su preocupación por el procedimiento al señalar que "Río Gallegos es una ciudad chica" y él lleva "una vida tranquila y familiar".
Además, indicó que siente que su prestigio profesional se ve manchado por este tipo de operativos "que se supone que están bajo secreto de sumario", pero tienen acceso los periodistas.
El allanamiento a la escribanía de Albornoz se realizó en el marco de una decena de procedimientos en la ciudad de Buenos Aires, en Santa Cruz y en Chaco, dispuestos por el juez Casanello y por pedido, en algunos casos, del fiscal Guillermo Marijuán.
El objetivo es buscar pruebas que corroboren las afirmaciones de Leonardo Fariña, el valijero preso que involucró a Cristina Kirchner y a exfuncionarios suyos en maniobras de lavado de dinero ligadas a Báez.
Entre 2008 y 2009, Báez les compró a los Kirchner al menos nueve inmuebles en Río Gallegos por 4 millones de pesos y los escrituró a nombre de su empresa insignia, Austral Construcciones, gracias a la escribanía Albornoz, que avaló esas operaciones.
Otro de los allanamientos del sábado se produjo en Resistencia, en la constructora Adelmo Biancalani, ubicado en la ruta 16, que sería propiedad de Austral Construcciones, mientras que la Gendarmería también requisó dos camionetas, ambas radicadas en Río Gallegos, Santa Cruz, que habían salido del predio de la constructora horas antes de que arribaran los agentes federales.
Según el diario Norte, de Chaco, de la constructora Adelmo Biancalani salieron ambas camionetas que fueron encontradas en un barrio de Resistencia.
En tanto, cerca de las 21 los gendarmes junto a dos testigos, personal técnico y empleados de la AFIP ingresaron a la constructora, pero no hizo falta ejercer fuerza porque un sereno facilitó la entrada.
El allanamiento en esa empresa se concretó casi al mismo tiempo que se requisaron las camionetas, de donde secuestraron varios elementos pero se desconoce si están relacionados con las actuaciones contra Báez.