Fidel Castro afirmó este lunes que Cuba no necesita que "el imperio" les regale nada y que el pueblo de ese "noble y abnegado país" no renunciará "a la gloria, los derechos y a la riqueza espiritual que ha ganado con el desarrollo de la educación, la ciencia y la cultura".
"No necesitamos que el imperio nos regale nada. Nuestros esfuerzos serán legales y pacíficos, porque es nuestro compromiso con la paz y la fraternidad de todos los seres humanos que vivimos en este planeta", precisó Castro en un artículo publicado este lunes en los medios oficiales de la isla titulado "El hermano Obama".
El ex dictador cubano, de 89 años y retirado del poder en 2006, analiza en su "reflexión" el discurso que el presidente Barack Obama ofreció el pasado martes al pueblo cubano durante su visita a la isla, la primera de un mandatario estadounidense a la Cuba revolucionaria.
"Las poblaciones nativas no existen para nada en la mente de Obama. Tampoco dice que la discriminación racial fue barrida por la Revolución; que el retiro y el salario de todos los cubanos fueron decretados por esta antes de que el señor Barack Obama cumpliera 10 años. La odiosa costumbre burguesa y racista de contratar esbirros para que los ciudadanos negros fuesen expulsados de centros de recreación fue barrida por la Revolución Cubana", criticó el ex presidente.
Fidel Castro también fustigó el "bloqueo despiadado que ha durado ya casi 60 años". El artículo figura entre los conocidos como "reflexiones de Fidel", está fechado a las 10.27 de la noche del 27 de marzo y ha sido divulgado esta mañana en los medios oficiales de la isla y en él desgrana aspectos de las palabras de Obama el pasado martes desde el Gran Teatro de La Habana.
Sobre las declaraciones de Obama a favor de "olvidar el pasado y mirar el futuro", Fidel Castro considera que utilizó las "palabras más almibaradas" y afirma que los cubanos corrieron "el riesgo de un infarto" al escuchar al presidente de EEUU hablar de cubanos y estadounidenses como "amigos, familia y vecinos".
Castro recuerda la Invasión de Bahía de Cochinos, cuando en 1961 "una fuerza mercenaria con cañones e infantería blindada, equipada con aviones, fue entrenada y acompañada por buques de guerra y portaaviones de Estados Unidos, atacando por sorpresa a nuestro país".
"Nada podrá justificar aquel alevoso ataque que costó a nuestro país cientos de bajas entre muertos y heridos. De la brigada de asalto proyanki, en ninguna parte consta que se hubiese podido evacuar un solo mercenario", rememora Fidel Castro, sobre aquel acontecimiento que profundizó la división entre EEUU y la Cuba Revolucionaria.
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