El Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), la mayor fuerza política de Brasil a nivel federal, y la que sirvió de apoyo para los últimos gobiernos, está cada vez más cerca de abandonar a la presidente Dilma Rousseff. Si se concretara la ruptura, la petista quedaría al borde del abismo, con un proceso de impeachment que avanza a paso firme en el Congreso.
El distanciamiento con el PT comenzó hace más de un año, cuando la imagen de la mandataria se vino a pique por los escándalos de corrupción y la crisis económica. Pero se hizo muy visible en diciembre de 2015, cuando Michel Temer, vicepresidente y líder del PMDB, difundió una carta en la que decía que Rousseff no había confiado nunca en él ni en su partido. "Pasé los cuatro primeros años de Gobierno como un vicepresidente decorativo", escribió entonces.
Ahora, algo más de tres meses después, es otra vez Temer quien está hablando con los principales referentes partidarios con un objetivo claro: unificar la postura para romper definitivamente la alianza de gobierno. El día clave es el próximo martes 29, cuando se reúne el Directorio Nacional para tomar una decisión. El vicepresidente dice por lo bajo que el 80% de sus miembros está convencido del quiebre, según informó O Globo.
En el PT son conscientes de que la ruptura es ya inevitable. Sus energías están puestas en contener el derrumbe y evitar que otros partidos menores, que también forman parte de la coalición, sigan los pasos del PMDB.
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