La tecnología abordó el campo energético para salvar al mundo. Desde la bienvenida a las innovaciones de avanzada, el planeta respira otro aire. Es una vía de escape, una fuente de esperanza, la ciencia volcada al servicio de las nuevas generaciones reconstruye una mirada optimista del porvenir. Es lo que representa sin quererlo manifestar la invención de la empresa Pavegen. Sus baldosas inteligentes que generan energía con la simple pisada humana invita al entusiasmo.
Un concepto revolucionario que cambiaría de base la generación de electricidad mediante fuentes renovables. Una forma limpia de transformar la densidad de población, el tráfico, las actividades más comunes del mundo en energía sustentable. Baldosas de 45 x 60 centímetros que se aprovechan de las pisadas de las personas, ubicadas logísticamente en las zonas en las que se concentra mucha gente, estaciones de tren, de subte, terminales de micro, aeropuertos, colegios, boliches, estadios, canchas de fútbol, centros comerciales. El espectro de abordaje es tan amplio como lo es la ambición por capturar, almacenar y redistribuir la fuerza de cada paso humano en electricidad ecológica.
La idea fue patentada y registrada bajo la firma Pavegen por el ingeniero industrial Laurence Kemball-Cook, quien se iluminó mientras observaba la vorágine en una estación de trenes en Londres. Interpretó que debía haber alguna posibilidad de que los movimientos de esa masa humana puedan ser reutilizarse, renovados. Meses después patentó la baldosa que genera electricidad al ser pisada.
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