La aparición de Donald Trump en la política norteamericana no deja de sorprender. No sólo por su dura retórica en actos y publicidades; tampoco es únicamente debido a que encabeza las primarias republicanas de cara a la Casa Blanca. Ocurre que su modo de relacionarse con la tecnología y, en particular, con las redes sociales, resulta extraño para gran parte de los analistas de los Estados Unidos.
En un artículo titulado "Donald Trump tuitea como los caudillos latinoamericanos", el sitio Político da cuenta de los tuits que se burlan de los periodistas críticos, de la retórica nacionalista y de la convicción infalible respecto de su posición moral. Y, luego de reseñar una serie de mensajes escritos en la red social por el presidente de Ecuador, Rafael Correa, la ex mandataria argentina, Cristina Kirchner; y el jefe de Estado de Venezuela, Nicolás Maduro, los compara con los del magnate neoyorquino.
"El personaje de Trump en Twitter se ha sentido como una revelación en la política estadounidense, generando el comentario constante y una gran cantidad de publicidad gratuita. Se ha aferrado a los medios con confianza en sí mismo y con la imprudencia de un adolescente, tuiteando más y con menos filtro que cualquier otro candidato norteamericano desde el lanzamiento de Twitter en 2006", analiza Gillian Brassil, autor del artículo.
"Pero lo que parece radical en los Estados Unidos es que tomó el curso que se sigue en otras partes del mundo. Irónicamente para alguien que celebra el excepcionalismo norteamericano, Trump sigue el camino utilizado durante años por los líderes de izquierda de América Latina", agrega.
La nota señala el diferente uso que le dan a la red social los líderes del mundo. El de Barack Obama, por ejemplo, es profesional, diplomático y, admite, aburrido. En cambio, los líderes de la región lo utilizan de otra forma. Así, recuerdan cómo Cristina Kirchner se burló por Twitter del acento de los chinos; Chávez sobre una comida excelente. Y sigue: "La capitalización de Maduro es tan consistentemente bizarra que sin duda él es el autor de sus propios tuits".
En el caso de Trump ocurre algo similar. Puede que no se sepa si él mismo escribe los mensajes, pero sin dudas se trata de comunicaciones "no oficiales". Pero, acaso, la comparación en lo que concierne a la utilización de la red social puede tratarse de una mera anécdota. "Sus semejanzas no son sólo superficiales. Trump tiene más en común con los líderes latinoamericanos que sólo su loco Twitter", asevera.
Por ejemplo, el profesor de historia de La Nueva Escuela, de Nueva York, aseguró que Trump encaja en el molde de los populistas "posfascistas". "Su personalidad y su tendencia xenófoba ocasionan frecuentemente comparaciones con Adolf Hitler y Benito Mussolini", señala.
Sin embargo, reconoce una diferencia: las políticas de Trump están más a la derecha, como las de la francesa Marine Le Pen, mientras que durante la primera década, los líderes de la región se ubicaron en la centroizquierda.
"Pero, a pesar de estas diferencias, Trump comparte un rasgo definitorio con los populistas latinoamericanos: su supuesta defensa de la democracia, aún cuando erosiona sus fundamentos", concluye.