La cifra final se hizo desear hasta último momento. Las compañías estadounidenses que tienen presencia en el país finalmente confirmaron inversiones por USD 2.300 millones en los próximos 18 meses, en el marco de la visita del presidente de EEUU, Barack Obama. El mensaje fue claro: en los primeros 100 días de Mauricio Macri en el Gobierno, el sector privado le dio el visto bueno al nuevo clima de negocios.
Dow Chemical, General Motors, AES y Ford fueron algunas de las 20 compañías que representará una primera oleada de inversiones en la Argentina, según confirmó Juan Vaquer, presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en el país (AmCham). Con todo, el ejecutivo arrojó un número más fuerte: si se concretan nuevos proyectos bajo análisis, las filiales podrían invertir USD 13.800 en cuatro años.
Ese número potencial de empresas ya radicadas en el país se fue puliendo en reuniones privadas que tuvieron funcionarios con CEOs de empresas en un salón en el predio de La Rural, que llegaban al segundo piso si tenían el color rojo en su identificación, mientras en la planta baja se hacían las exposiciones públicas.
Vladimir Werning, el ex JP Morgan que se sumó al Ministerio de Economía, fue parte de estos encuentros, como así también ministros del gabinete. Allí se lo vio a Jorge Lemus, al frente de la cartera de Salud, y a Francisco Cabrera, de Producción, que llegó justo para su exposición y redujo esos encuentros al mínimo con un ejecutivo de Dow.
Pero la moderación tiñó el mensaje de los empresarios al mencionar la frase "lluvia de dólares". Si bien los funcionarios llamaron a los ejecutivos a invertir, la llegada fuerte de inversiones se daría recién durante el próximo año. "Primero tienen que cerrar el capítulo de los holdouts. Después, llegará el turno de los préstamos de organismos multilaterales para infraestructura pública. Y en último lugar, los privados saldrán a invertir fuerte", resumió un empresario a Infobae.
"Tenemos que hacer que invertir sea más simple y transparente, darle un marco legal ágil y eficiente. Hay que colocar la producción de agro en el mundo", sintetizó Cabrera, alineado bajo el mismo mensaje que buscó dar cada miembro del gabinete económico que pasó por el evento organizado por Amcham.
El ministro de Finanzas, Alfonso Prat-Gay, pedía unas horas antes a los empresarios que no miren sólo "el trimestre que viene", sino que piensen en el largo plazo. "Si estuviéramos en su lugar estaríamos más activos, porque el nivel de retorno que pueden conseguir se va a achicar. Hay que llegar primero, no se los tengo que explicar a ustedes", insistió.
La herencia económica no pasó desapercibida en el discurso de Prat-Gay, pero el más punzante fue Guillermo Dietrich, el ministro de Transporte. "En los últimos 12 años, el sector fue cómplice porque no se plantó", disparó, y dijo que la última década de la obra pública fue "deplorable". "Necesitamos sus inversiones ya", agregó.
La promesa de transparencia a cambio de inversiones fue recurrente en cada exposición oficial, y el ministro de Energía, Juan José Aranguren, lo dejó claro en sus minutos arriba del escenario. "Las licitaciones tienen que ser transparentes", dijo, mientras a señaló la necesidad de recuperar por medio de las tarifas los costos de producción".