Un nuevo capítulo se encendió en la crisis política que atraviesa Brasil, y en esta oportunidad involucró al flamante ministro de Justicia, Eugenio Aragao, y a la asociación de delegados de la policía federal.
Luego de conocerse públicamente el audio entre la actual presidente, Dilma Rousseff, y su antecesor, Luis Inacio Lula da Silva, en el que la mandataria le informaba que le enviaba su designación como ministro y que la utilice "en caso de ser necesario", escucha que derivó en la suspensión del nombramiento por parte de la Justicia, el titular de la cartera judicial amenazó con tomar severas medidas en caso de filtraciones.
Aragao asumió su cargo el pasado jueves en la misma ceremonia donde fue designado jefe de gabinete el ex presidente Lula da Silva, quien está siendo investigado por supuestos vínculos con el caso de corrupción de la estatal Petrobras llamado Lava Jato.
Justamente, el nombramiento del ex mandatario fue suspendido por el juez del Tribunal Supremo Federal Gilmar Mendes quien explicó que la escucha demuestra que se intentó "darle un espacio privilegiado" a Lula con el fin "evitar su detención".
"Si huelo filtraciones en las investigaciones, todo el equipo será cambiado. Y no preciso tener pruebas", aseguró el ministro de Justicia en una entrevista publicada por el diario Folha de Sao Paulo.
A raíz de estas declaraciones, Carlos Sobral, presidente de la asociación de delegados de la policía federal, le dijo a la agencia de noticias AFP que "si llega a haber cambios en los equipos policiales por acusaciones de irregularidades sin antes tener una investigación correspondiente vamos a tomar medidas".
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