Entre lágrimas, Sandra Arroyo Salgado defendió su pedido para llevar el caso Nisman al fuero federal

En sus apariciones mediáticas, a través de catorce meses y doce mil fojas de expediente de la causa que investiga la muerte de su ex, Alberto Nisman, Sandra Arroyo Salgado rara vez se refirió al fiscal como "Alberto". Siempre dijo "Nisman", a secas, o "Alberto Nisman". Por otra parte, nunca lloró, no en público al menos.

Esta mañana, la jueza federal rompió ese protocolo. Rompió en llanto en pleno monólogo, mientras llamaba al ex jefe de la UFI AMIA por su nombre y le recordaba a quienes la oían los 17 años que estuvieron juntos. Rodeada de los abogados querellantes, los doctores Casal, Vigliero y Romero Victorica, fue la última en llegar y la última en hablar en la audiencia convocada por la Sala VI de la Cámara Criminal y Correccional integrada por los jueces Mario Filozof, Marcelo Lucini y Rodolfo Pociello Argerich, lo que es, hace meses, su máxima preocupación: la resolución del pase a fuero federal de la causa que investiga la muerte de su ex marido, tras la declaración de incompetencia de la jueza Fabiana Palmaghini y la apelación de la defensa de Diego Lagomarsino, el único imputado de la causa.

Fue una audiencia polémica

Hubo tensiones, una suerte de fuego jurídicamente cortés. La defensa de Lagomarsino, a cargo de los abogados Gabriel Palmeiro y Martín Chasco, pidió saber en calidad de qué buscaba hablar la jueza. Buscaban saber si su rol en la mesa era la de una querellante ó cuál era la figura correspondiente.

Poco antes, Chasco había mencionado en su alocución sobre jurisprudencia el fallo de la Sala III Casación Federal que criticó a la jueza con el sobreseimiento a figuras como Juan Bautista "Tata" Yofre en una causa por supuesto espionaje. La sola mención del tema incomodó fuertemente a los abogados querellantes; Vigliero lo consideró "de mal gusto" y "parte de la campaña de desprestigio" contra la figura de Nisman. El juez Filozof permitió hablar a Arroyo Salgado como madre y apoderada de Iara y Kala Nisman: la querella de la causa hoy está a nombre de ellas. "Somos jueces pero también humanos", dijo el magistrado. Y los términos de Arroyo Salgado fueron duros.

Definió a la muerte de Nisman como "el hecho de mayor gravedad institucional desde la vuelta de la democracia", que ocurrió en "un año electoral donde se definen espacios de poder" y que ella y su familia "vivieron situaciones de violencia pública e institucional" sin que "ninguna institución del Estado" los tutelara, tras un año de "maldad y temor" en que muchos en la Justicia "perdieron la libertad de conciencia". "Este expediente puede ser como el caso AMIA, un castillo de naipes que en diez años se destruyó", afirmó.

Habló de la muerte de Nisman como parte de las amenazas recibidas en 2012 por el fallecido fiscal, hoy investigadas por el juez federal Luis Rodríguez, en particular por una intimidación que trataba al ex fiscal de "pajarito" y vaticinó, en cálculos de Arroyo, tres años antes, los pasos que llevaron a su muerte. "Desde el comienzo tuvimos una jueza incompetente", dijo en referencia a Fabiana Palmaghini y que solo pidió formalmente el pase a fuero federal hace tres meses "cuando tuvo por probado que Nisman fue asesinado por sus funciones".

La defensa de Lagomarsino, a la que querellantes como Juan Pablo Vigliero le objetaron que tuviese defensores y presentase peritos a pesar de ser "un testigo" cuando es el único imputado en la causa, fue la única en defender que la causa permanezca en el fuero ordinario. El abogado Palmeiro objetó la valoración de las declaraciones de los ex agentes de Inteligencia Carlos "Moro" Rodríguez y Antonio Stiuso cuando eran "simples opiniones" que "no aportaron nada nuevo en el contexto", algo que adujo en su razonamiento el juez Ernesto Botto al sobreseer a Viviana Fein y a su secretario Bernardo Chirichella.

Palmeiro apuntó que el pase a fuero federal "afecta el proceso natural de la investigación" y señaló "la arbitrareidad y contradicción" de Palmaghini, que dos semanas antes había ratificado que el expediente se quede en el fuero ordinario. También, la supuesta alteración de la escena del crimen: si fue así, razonó, "¿por qué la jueza no pidió la nulidad de la prueba?" También, que no se puede probar la violación de correspondencia, al Departamento de Justicia estadounidense no haber remitido los contenidos de las cuenta de Yahoo! y Hotmail de Nisman, un trámite pedido por Fein y Palmaghini y demorado sin respuesta hace varios meses. También, el supuesto "borrado seguro": afirmó que Nisman usaba en su computadora el programa Ccleaner, de descarga libre, que permite hacerlo con un simple click. "No hay un escenario probatorio que tenga la solidez suficiente", digo Palmeiro.

El fiscal Ricardo Sáenz, tras su dictamen de un mes atrás a favor de la querella, aseveró que si Nisman usó programas de borrado "entonces lo debería definir un juez federal" y no le quita credibilidad a Stiuso haber dicho todas sus teorías r en su segunda declaración, un año después de la primera. Pero para Pablo Lanusse, lo que dijo Stiuso durante 17 horas en el Juzgado Nº25 es de un valor superior para la causa. Es, en sí, el contexto del presunto homicidio.

En un largo monólogo ante la Sala VI, el abogado, que consideró que Lagomarsino debe ser investigado como "un engranaje necesario" en el homicidio de Nisman, apuntó fuertemente contra los custodios Armando Niz y Luis Miño por "ser parte de la faena criminal" con "su rol en la zona liberada" que permitió la muerte de Nisman ya que "la jueza sabe que no solamente incumplieron sus funciones". También, que "las máximas autoridades de las fuerzas de seguridad permitieron la alteración del crimen" y que "la falta de huellas es parte de la zona liberada".

Sobre los dichos de Stiuso, afirmó: "Sus 17 horas de declaración no fueron para venir a dar opiniones. Los que asistimos a la declaración salimos convencidos de que la competencia de la doctora Palmaghini había terminado". Lanusse incluso aseguró que pedirá medidas de prueba en base a los dichos de Stiuso. Lo que reveló el ex espía y que contó el abogado ante la Sala VI, por otra parte, fue al menos llamativo. Contó que, según el ex espía, Nisman se había reunido con Carlos Zannini, el ex secretario de Legal y Técnica, para llevar a la ONU sus planteos sobre los iraníes sospechosos del atentado a la AMIA. Zannini le dijo "que se olvide", por orden expresa de la presidente Cristina Kirchner.

También, que existió una orden expresa de Presidencia a la ex SIDE de cortar la pista iraní, que por lecturas de cables de Cancillería se llegó a la hipótesis de que el atentado se habría suscitado por "el quebrantamiento de compromisos nucleares". También, invocó la declaración de Daniel Berliner, responsable de la Agencia Judía de Noticias, que habló de reuniones canceladas con AMIA y DAIA por la ex Presidente para anunciar una presunta remoción de Nisman de la causa AMIA. Stiuso, en su relato según el abogado, no solo ligó a la trama la muerte del "Lauchón" Viale y el secuestro de Alfonso Severo en octubre de 2012: también habló de un intento fallido contra su propia vida.

El juez Filozof escuchaba atento, mientras Lanusse hablaba, con cierta precaución, de una reunión en la ex SIDE "con altas personalidades públicas". Pero, de todos los puntos sorprendentes que enumeró, el que más sorprendió a los presentes fue algo desconocido en la causa: que pidió medidas de prueba contra la ex presidente Cristina Kirchner. Fueron requeridas "meses atrás", confió alguien cercano a Arroyo Salgado. A qué puerto llegaron o si fueron aceptadas o llevadas a cabo, Lanusse no quiso decir.

Así, la Sala VI anunció que deliberará durante este fin de semana. Para comienzos de la próxima se espera su decisión, un punto definitivo en la causa que investiga la muerte de Alberto Nisman.