Las nuevas tecnologías aplicadas a la manipulación genética se acercan de a poco al límite de lo irreal. Lo que en 1993 la película Jurassic Park parecía presentar un caso de ciencia ficción hoy se lo puede llegar a analizar como una realidad no tan utópica. Es que científicos de la Universidad de Chile desarrollaron un experimento basado en la "evolución a la inversa" y manipularon los genes de unos pollos, para que éstos nacieran con patas de dinosaurios.
Las aves son descendientes directas de los dinosaurios y los pollos, esencialmente, se ven como los antiguos habitantes de la tierra en las etapas tempranas de su desarrollo. A raíz de ese proceso evolutivo, los investigadores chilenos realizaron una pequeña modificación en el desarrollo óseo de las patas de los pollos, lo que permitiría que el ave tuviera un peroné muy parecido al de los dinosaurios.
La parte que tanto en aves como dinosaurios se le asigna al muslo corresponde al peroné y no al fémur, como en los humanos. Las aves, en el inicio del desarrollo embrionario, y los dinosaurios tienen un peroné con forma tubular que llegaba al tobillo. Gracias a la evolución, el peroné de los pájaros fue transformándose hasta quedar mucho más corto y con forma de astilla.
El experimento se basa en la inhibición de un gen madurativo en las patas del animal
El experimento de los científicos chilenos consistió en inhibir el gen de maduración llamado Indian Hedgehog (IHH) y lograr así que los pollos pudieran mantener esa forma tubular hasta su nacimiento, tal como lo tenían los dinosaurios. En síntesis, lo que hizo el equipo comandado por el investigador Joao Botelho fue invertir el proceso evolutivo.
"Comprobamos que los mecanismos moleculares de maduración se activaron muy temprano en el extremo inferior y, de esa manera, cesó la división celular y el crecimiento del hueso", dijo Botelho.
El estudio fue publicado en la revista Evolution y supuso un nuevo experimento para Botelho en la manipulación genética de los pollos y los rasgos de dinosaurios. En el 2015, desarrolló un embrión cuyo dedo pulgar de la pata no era oponible al resto y hasta modificó un hocico de un pollo para obtener uno parecido al de uno de sus ancestros.
El propio líder de la investigación aclaró que sus experimentos no tienen como objetivo los fines comerciales de la "producción" de dinosaurios: "Estos experimentos se centran en los rasgos individuales y se busca poner a prueba hipótesis específicas. El objetivo es comprender mejor el desarrollo de las aves y la transición vivida entre ellas y los dinosaurios", comentó Botelho.
El sueño de un dinosaurio vivo
Jack Horner, el paleontólogo que sirvió de inspiración a Steven Spielberg para la creación de Jurassic Park, es un optimista de que en algún momento de la humanidad se podrá lograr la vida de un dinosaurio.
"Yo creo que habrá un dinosaurio vivo dentro de los próximos cinco años. No será como en las películas, está claro, pero se partirá del embrión de un pollo y lo haremos dar marcha atrás hasta sacar el dinosaurio que lleva dentro. No será un dinosaurio completo pero tendrá muchas características. Será una especie de 'pollosaurio'", explicó el especialista, profesor de la Universidad Estatal de Montana, EEUU.
"Crear un dinosaurio es el proyecto más ambicioso que se puede tener para nosotros. Es como en su momento el proyecto de ir a la Luna para la astronomía. Sólo se necesita tiempo y dinero, pero sé que en algún momento lo podremos lograr. Nos estamos moviendo con rapidez", añadió Horner.