Tabaquismo y embarazo, la combinación más peligrosa

Fumar no sólo incrementa las dificultades para concepción sino que, una vez consumado el embarazo, aumenta los riesgos de aborto, y de enfermedades o malformaciones del niño

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A pesar de las restricciones que se aplicaron en los últimos años en pos de limitar el consumo de tabaco, y de todas las advertencias y esfuerzos puestos para evitar este flagelo, un porcentaje importante de personas siguen fumando. Y se incrementa el número de mujeres que de un tiempo a esta parte adoptan el hábito.

La razón es bastante simple: se trata de una droga altamente adictiva, relativamente barata, y socialmente aceptada. A esto se suma el hecho de que la detoxificación no es sencilla, ya que el hábito se relaciona con actividades cotidianas: después de las comidas, con un café o en una reunión.

En la actualidad, 5 millones de muertes al año son debidas directamente al tabaco, y éste es responsable de uno de cada 10 muertes en adultos, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y se estima que en los Estados Unidos el 10,3% de las mujeres fuma en el tercer trimestre del embarazo.

"No es necesario detallar las patologías que origina el consumo de cigarrillo, las cuales son ampliamente conocidas (cáncer de pulmón y vejiga, patologías cardiovasculares, enfisema, etc). Sobre esto se ha hablado mucho. Pero sí es importante conocer que el cigarrillo tiene otras implicancias que van más allá de las patologías más reconocidas, y una de ellas es su efecto sobre la fertilidad", destacó el doctor Fernando Beltramone (MP 22.205 - ME: 9.064), especialista en Ginecología y Obstetricia.

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El especialista, miembro del staff del Servicio de Tocoginecología de Clínica Privada Gallia, detalló: "Concretamente, en lo que respecta al impacto del cigarrillo en la mujer en edad reproductiva, es necesario separar claramente cuáles son los efectos que éste produce en la fertilidad, y qué consecuencias genera durante el embarazo".

Efectos sobre la fertilidad

Estudios internacionales demostraron claramente que la mujer que fuma tiene menor chance de lograr embarazo que la que no lo hace. Esto está demostrado unánimemente en todos los artículos publicados hasta la fecha.

"La prevalencia de infertilidad es mayor en las fumadoras, y el tiempo para lograr embarazo también lo es. En otras palabras, se incrementan tanto las dificultades para concebir como así también los tiempos para que el embarazo se produzca", remarcó Beltramone, para quien "se debe saber también que existe un impacto en la fertilidad del fumador pasivo, es decir de aquella mujer que está en contacto indirecto con el cigarrillo".

El impacto del fumador pasivo en fertilidad es apenas menor que el activo; por lo que si cualquiera en la pareja fuma, condiciona la fertilidad de ambos. El efecto en la mujer es mayor cuanto más tiempo y mayor cantidad de cigarrillos fume.

"Debemos saber que el fumar causa también una pérdida acelerada de óvulos en los ovarios, y adelanta la llegada de la menopausia. Asimismo, incrementa las anomalías genéticas en los óvulos disponibles -subrayó-. Además de disminuir objetivamente la fertilidad, el fumar disminuye la chance de embarazo durante los tratamientos: en el caso de la fertilización in vitro, las fumadoras tienen entre 30 y 50% menos chances de embarazarse que las que no fuman (de su misma edad), siendo necesaria mayor dosis de medicación para estimular sus ovarios".

"En general, las alteraciones en la fertilidad que se producen por el cigarrillo, en todos los casos tienen peor pronóstico durante los tratamientos de fertilización asistida. Un estudio de envergadura demostró que dejar de fumar dos meses antes de una Fertilización In Vitro, mejoró significativamente las chances de embarazo", insistió el especialista.

Efectos sobre el embarazo

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En el caso de las mujeres que, pese a fumar lograron el embarazo, está científicamente demostrado que hay un aumento en la cantidad de pérdidas (aborto espontáneo) en las fumadoras, y aparentemente aumenta también el riesgo de embarazo fuera del útero (ectópico).

"Más tardíamente, el cigarrillo está asociado a bajo peso al nacer, a mayor riesgo de muerte perinatal y a complicaciones neonatales; mayor riesgo de desprendimiento prematuro de la placenta (evento que causa sufrimiento fetal, y a menudo muerte fetal), significativamente más riesgo de parto prematuro, y mayor riesgo de malformaciones fetales, como el labio leporino y paladar hendido. "Por último, se observó mayor prevalencia del Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (llamada muerte blanca o de cuna) en los bebés de pocos meses de edad, hijos de madres fumadoras", precisó Beltramone.

En resumen: los riesgos asociados al hábito de fumar son más grandes que lo que se supone. No es menor la preocupación asociada a esta patología, de tan alta prevalencia en la población.

Por todo esto, los especialistas en fertilidad recomiendan a toda mujer que esté considerando buscar un embarazo, hacer un esfuerzo en pos de dejar el cigarrillo, no sólo para facilitar las posibilidades de concepción sino también para reducir los riesgos de enfermedades o malformaciones en el niño por venir.